Federer y Nadal

Federer y Nadal

Federer y Nadal, Nadal y Federer, son dos nombres que, como ellos en el último partido que jugaron juntos, van de la mano.

 

Federer y Nadal

Federer y Nadal dos hombres que, como sus nombres, van de la mano.

 

A todos los que somos fans del tenis, nos cuesta trabajo pensar en uno sin que nos venga el otro a la mente. Da igual quien de los dos sea tu favorito. Y, seguramente, si eres forofo de este deporte uno de los dos lo sea. Un poco lo que pasa con el Real Madrid y el Barça, o los Boston Red Sox y los New York Yankees: o le vas a Roger Federer o le vas a Rafael Nadal. Incluso si eres raro y tu favorito es otro, te posicionas a favor de alguno de los dos.

 

¿Por qué quiero hablar de ellos ahora? Porque si hay un deporte que para mí es una metáfora perfecta para entender mejor el juego de la vida, es el tenis. Y nadie como ellos para explicarla. De modo que, si no te encanta este deporte, quédate conmigo por la parte que aquí nos importa: darte recursos para formularte objetivos inteligentes que den sentido a tu vida y te permitan navegar en medio de la incertidumbre sin perder el rumbo.

 

El pasado 23 de septiembre en la Laver Cup, Federer y Nadal jugaron un dobles contra Sock y Tiafoe, en el que fue el último partido de Federer en una competición oficial. Tan sólo de este partido podríamos extraer un libro entero de lecciones imprescindibles para una buena vida.

 

Federer y Nadal o el tenis como filosofía.

El 30 de enero de 2022 Rafa Nadal jugó la final del Open de Australia contra Daniil Medvedev. El partido duró casi 5 horas y media y ahí estaba yo, gritando como posesa en mi salón todo ese tiempo. Un amigo no daba crédito y me preguntó cómo podía pasar tantas horas viendo un partido. Mi respuesta:

 

No estoy mirando un partido. Estoy observando filosofía desde un sitio privilegiado. Además de emocionante, es una lección literal, visceral y visual. Ahorra el tener que vivir uno mismo ciertas experiencias que, seguramente, ni siquiera sería capaz de vivir, ni por tanto aprender de ellas.

 

Rafa Nadal

Uno de los highlights de mi carrera: hablar de Coaching con el mejor, Tony Nadal.

Le conté como a Rafa, el algoritmo le daba un 4% de probabilidades de ganar. En otras palabras, todas las apuestas eran a que perdería esa final. Una final de un torneo que ni siquiera se sabía a ciencia cierta que jugaría, como viene sucediendo desde hace algunos años, debido a sus lesiones. Todos podemos identificarnos con esa sensación de tener todo en contra y aun así desear algo con todo el corazón.

Alguna vez has querido hacer algo que a tu entorno le parecía una locura. ¿Cómo respondiste? ¿Qué aprendiste?

 

Hace casi 10 años, tuve oportunidad de conversar con su tío y entonces entrenador Toni Nadal en la Fundación Rafael del Pino , Nos contó que los niveles de dolor con los que jugaba Rafa debido a sus lesiones eran casi inhumanos, pero su drive le hace sacar fuerzas para continuar.

 

Por eso yo soy #TeamNadal. Reconozco a Federer como el mejor jugador -probablemente- de la historia. El más elegante sin duda. Roger tiene un talento natural que Rafa no posee, y me parece que, el hecho de que sepa suplirlo con esfuerzo, dedicación e inteligencia emocional, tiene más mérito. Aunque sólo sea porque le cuesta más.

 

Verlo jugar, por ejemplo esa final en Australia, es para mí como ver a un hombre luchado entre la vida y la muerte; contra su propia mente (donde ocurren la mayoría de esos combates) para no darse por vencido, ni siquiera cuando eso parece ser lo razonable. Es un ejemplo de confianza en uno mismo para ser capaz de darle la vuelta a cualquier situación, a sabiendas que lo importante no es el resultado final. Lo que cuenta es que: si hay que caer al menos caeremos luchando. Que ninguna lucha, cuando está alineada con nuestros valores y objetivos es en vano. Y que lo más importante de todo es ser humilde tanto en la derrota como, sobre todo, en la victoria, porque mañana con toda certeza estarás del otro lado. 

 

Federer y Nadal, ¿naces o te haces?

 

Esto nos abre la puerta para tratar uno de los temas más interesantes: ¿Naces o te haces? Líder, emprendedor, artista, escritor, deportista o cualquier carrera o camino que implique talento y vocación.

 

Contario a lo que se piensa, uno puede tener talento sin vocación y viceversa. De poco me sirve ser un prodigio en el piano, si la idea de pasar horas y horas todos los días de mi vida, durante años, sentado en una banqueta tocando me horroriza, prefiriendo dedicar mi tiempo a correr al aire libre y trabajar en una floristería. El otro caso es más trágico: tener vocación, pero carecer del talento suficiente para dedicarse profesionalmente a aquello que nos apasiona.

 

talento y vocación

Tus talentos son un regalo y no bastan para alcanzar el éxito. Hace falta voluntad para desarrollarlos y mucho esfuerzo.

 

Ahora bien, nada es tan determinado ni determinista. Nuestros talentos son un regalo. No es algo que tenemos porque lo merecemos o nos esforzamos por conseguir. Nacemos con ello y es un don como puede serlo la inteligencia o la belleza. No todos tenemos el mismo talento, no todos podemos ser Federer o Nadal, Marie Curie, Virginia Woolf, Brad Pitt o Björk. El verdadero talento, como explica bien Toni Nadal, supone no sólo ser bueno en algo, sino tener la capacidad de ir mejorando en ello. Por eso, vemos tantas promesas, por ejemplo, en deporte, que parece que van a ser la próxima gran estrella y lo único (ojo, no es poco) que tenían en ellos era una o dos buenas temporadas. Esto es extrapolable a todos los ámbitos.

 

El caso de Federer y Nadal ilustra esto a la perfección. Ambos nacieron con un talento extraordinario para el tenis. El de Federer, inconmensurable y capaz de cambiar para siempre el juego. Un auténtico game changer. Sabemos que detrás de cada victoria suya (de 1526 partidos ganó 1251) hay décadas de entrenamiento constante, pero se nos olvida el sacrificio que le ha supuesto al verlo hacer auténticas virguerías, con una naturalidad que hace que parezca fácil.  A Nadal en cambio lo vemos luchando. Él también hace cosas que parecen imposibles, pero se nota que se está dejando en ellas cuerpo y alma.

 

El principal talento es la capacidad para aprender.

 

Roger Federer es tan importante en la historia del tenis, porque su nivel era, literalmente otro nivel. De ese modo obligó al resto de jugadores, empezando por Nadal -su principal rival-, a elevarse para poder estar a su altura. Lo cual, a su vez, obligaba a Federer a cambiar su juego y adquirir nuevas habilidades para poder ganarle. Esa rivalidad entre  Federer y Nadal demuestra la importancia de rodearte de personas que sean mucho mejores que tú para poder crecer y que competir con alguien no lo convierte en tu enemigo.

 

Tu talento sirve únicamente para plantarte en la marca de salida de un camino que, más que una carrera de velocidad, será de obstáculos y resistencia.

 

Sin talento suficiente no estarías si quiera en la posición de poder participar, pero debes tener la capacidad -y las ganas- de continuar mejorando. Sin disciplina, práctica, y capacidad para dominar tu voluntad e ir forjando un carácter que te permita convivir con el riesgo, la incertidumbre, el fracaso, soportar el dolor, la incomodidad y todo ello sin perder la pasión, el ánimo y deseo de avanzar, haciendo siempre tu mejor esfuerzo, no llegarás nunca a la meta. O después de la primera derrota o victoria (pues tras cada triunfo el listón se va poniendo más alto y uno se juega más, lo que puede causar vértigo) te vas a retirar.

 

mentor coach

Piensa en algo en lo que te gustaría ser mejor y apóyate en alguien que destaque en ello.

Pretender hacer todo esto solo es misión imposible. Federer y Nadal cuentan con entrenadores, mentores, coaches y todo un equipo de personas que les ayudan a prepararse física, mental y emocionalmente para ganar. Lo mismo ocurre con empresarios, emprendedores, directivos, artistas, personas que han construido una familia o un proyecto personal que les llena y, resumiendo, toda persona altamente exitosa. Nadie lo logra sin ayuda.

 

¿Cuáles son tus talentos? ¿Cuánto tiempo dedicas a la semana a mejorar? ¿En quién te apoyas para seguir aprendiendo? 

 

Federer y Nadal o la viva imagen de la vulnerabilidad

 

La imagen de Federer y Nadal entrando a la cancha súper alegres, cogidos de la mano, felices de hacer lo que más les gusta, esta vez como equipo, es para enmarcar. El contraste con la escena en la que Federer busca la mano de su rival, que en este partido vimos transformado en socio y amigo, mientras llora conmovido ante su homenaje de despedida (y en parte, por mucho que asegurara a sus hijos que no, seguramente un pelín de triste ante la derrota), es una de las mayores muestras de humanidad de las que hemos sido testigos en últimos tiempos.

 

La espontaneidad, autenticidad y pureza del gesto de ver a los dos campeones llorando desconsoladamente pasará a la historia. Ese gesto es más poderoso que cualquier resultado.

 

Federer y Nadal

Quien más te reta, más te ayuda a crecer.

En tiempos en los que se nos dice que podemos lograr todo lo que nos propongamos, que debemos ser duros e implacables y los límites sólo existen en nuestra mente; donde todavía los hombres (y cada vez menos las mujeres) no tienen permiso de expresar libremente sus emociones, mucho menos aquellas que denoten tristeza, fragilidad o derrota, Federer y Nadal nos hicieron un regalazo que debemos honrar.

 

Dudo mucho que quien haya sido testigo de ella, del discurso de Federer -y la reacción de Nadal- al terminar el partido pensara en ellos como perdedores, débiles o poco varoniles. Mirándolos uno no podía sino pensar en grandeza, fuerza, honor, respeto y verdadera masculinidad. En una palabra: integridad, si entendemos por ella integrar todas las partes que nos hacen humanos. Lo que necesariamente incluye lo bueno y lo malo, las virtudes y los defectos, lo femenino y lo masculino, luz y sombra, nuestra fuerza y nuestra debilidad.

 

La próxima vez que algo te haga sentir vulnerable y ese sentimiento te asuste, espero que puedas llevar a tu mente esta imagen y recordar que mostrarte vulnerable es una forma de ser valiente y la única que existe para conectar realmente con otros desde la autenticidad.

 

Quiero hacer un paréntesis para aclarar que: ser vulnerable no significa abrirte sin más, contarlo absolutamente todo o mostrar tus emociones en público sin ningún tipo de filtro. Se trata más bien de ser capaz de sentir todas tus emociones sin necesidad de huir de ellas, ponerte una armadura o controlarlas. Cuando creas que estás siendo vulnerable, pregúntate si estás siendo capaz de sentir la emoción, o de acompañar a quien la siente, o si lo que estás intentando es controlar la situación. Ahí está la clave. Y sí, por eso es tan jodidamente difícil ser vulnerable.

 

Los limites sí existen.

 

La comunicación de despedida de Federer en una carta dedicada a sus fans, además de ser una demostración más de su clase, es una muestra de humildad y del valor que implica reconocer nuestras limitaciones.

 

En nuestra imaginación no existen límites, en la realidad sí. Por ello toparnos con obstáculos es buena señal, quiere decir que ya estamos emprendiendo acciones para convertir en realidad aquello con lo que soñamos.

 

manuel jabois

Reconocer tus límites es el primer paso para superarlos.

 

Muchas veces esos obstáculos pueden vencerse, aprendiendo nuevas habilidades, haciendo ajustes, entrenando para mejorar, fallando, aprendiendo de nuestros errores y practicando, practicando, practicado.

 

En ocasiones, no es posible continuar y tan valiente es luchar para superar un obstáculo y extender el horizonte de nuestras limitaciones, como reconocer que ya no somos capaces de seguir adelante y lo sabio es emprender la retirada. 

 

Hacerlo de forma vulnerable, es decir: sin inventar excusas ni tirando balones fuera, da honor a la retirada. Al asumir la responsabilidad, se tiene la oportunidad de hacerlo en nuestros propios términos. Federer admitió que su cuerpo no daba más y consiguió retirarse jugando. Reconoció también que no quería sentirse solo y pidió hacerlo en la Laver Cup donde la competencia es por equipos. El suyo, curiosamente, estaba formado por sus grandes rivales, a quienes se les veía por partes iguales la admiración y el lamento ante su retirada. Ser visto con semejante respeto por quienes llevan una vida intentando vencerte, habla de lo fundamental que es, ante todo, ser una buena persona y lo que constituye a un verdadero líder.

 

Retirarse jugando dobles con quien fue durante décadas su archirival y que Nadal accediera cuando, por motivos personales, no iba a participar, es uno de los mayores logros de ambos. Manuel Jabois lo cuenta formidablemente: han conseguido que ninguno de sus fans odie a su contrincante. Ese es el mejor ejemplo de cómo ha trascendido la influencia de Federer y Nadal fuera de la cancha. 

 

Nadal y Federer o la importancia del proceso vs el resultado.

 

Conste que desde el principio advertí que este tema da para un libro 😉 Creo que es evidente que me apasiona, pero hablando de reconocer cuando hay que dar por terminada una partida, quiero cerrar recordándote que: sea lo que sea que hagas o te propongas hacer, lo importante es el proceso no el resultado.

 

Si no amas el proceso difícilmente conseguirás el resultado y aun cuando este sea favorable estarás siempre insatisfecho. En cambio, cuando amas el proceso el resultado es indiferente. 

 

Esto no quiere decir que dé igual ganar que perder. Todos cuando invertimos tiempo, dinero, recursos y -sobre todo- alma y corazón, queremos ganar y confiamos que lo haremos. Simplemente es un recordatorio de que: aun llegando a la cima habrá que bajar y de poco sirve alcanzar tu destino si no disfrutaste el viaje.

 

Dejemos la despedida de este artículo en manos del propio Federer:

 

despedida su majestad

La fantasía es divertida y necesaria, pero siempre será mejor la realidad.

 

¡Nos vemos pronto para seguir jugando en la cancha de la realidad!

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