¿Cómo ser tu mejor versión?

¿Cómo ser tu mejor versión?

¿Cómo ser tu mejor versión?

 

¿Qué te viene a la mente cuando piensas en ser tu mejor versión?  Lo más probable es que imagines una versión idealizada de ti mismo. Solemos creer que nuestra mejor versión, es aquella donde somos perfectos. O casi.

 

Esto se debe, en parte a una falta de madurez. De niños soñamos a lo grande y vamos forjando una idea de lo que nuestra vida como adultos debe ser. Creamos en nuestra mente la vida perfecta: nos vemos como nos gustaría (lo cual no necesariamente se corresponde con cómo somos realmente), tenemos una pareja que es nuestra alma gemela y está para parar un tren, unos hijos que siempre hacen lo que les pedimos y de quienes nos sentimos orgullosos, una familia unida y feliz, una profesión divertida en la cual ganamos mucho dinero y nos sobra tiempo para el ocio, muchos amigos que siempre están ahí cuando los necesitamos, suma y sigue.

 

Lo anterior es necesario. Insisto: hay que soñar a lo grande. Gran parte de mi trabajo consiste, precisamente, en devolver a la gente la capacidad de imaginar grandes cosas y recuperar su niño mágico, su esencia creativa.

 

El peligro no está en apuntar alto y fallar, sino en apuntar bajo y acertar. Miguel Ángel

 

Una de las principales funciones de un proceso de Coaching es que el cliente visualice cuál sería su situación ideal. En un proceso transformacional, esto se traduciría en que imaginaras cómo te gustaría que fuera tu vida en 10 años (o 20 o 5). En una primera etapa, el ejercicio se hace soñando como niños: sin límites.

 

Lo bonito de conectar con tu creatividad es que en ese plano no existen límites. Puedes imaginar que eres y tienes todo lo que quieres. Que el mundo es como te gustaría que fuera. Esto tiene una función importante: te conecta con tus deseos auténticos. Después, es necesario reconocer que, lo único que puedes construir si te quedas en ese plano, son castillos en el aire.

 

Los sueños se cumplen cuando se cimientan en la realidad. Y en la realidad sí existen límites. Si no sabes aceptarlos, te condenas a vivir en la fantasía. Maduramos cuando reconocemos y admitimos nuestros límites, sin frustración, porque aprendemos a ver en ellos oportunidades de crecimiento.

 

La segunda etapa del proceso de Coaching es identificar esos límites y oportunidades de desarrollo, para formular objetivos inteligentes que te permitan transformar tus sueños en realidades. Estos objetivos inteligentes no hacen que tu vida sea perfecta, eso sería quedarse anclados en la fantasía, pero permiten que construyas la mejor vida posible para ti.

 

La cultura de las actualizaciones hace que queramos renovar todo, todo el tiempo. Incluidos nosotros y nuestras relaciones.

 

Vivimos en un mundo donde todo queda obsoleto a los pocos meses. Nos hemos acostumbrado a vivir actualizados y actualizando. Estar conectados 24/7 parece normal, y de hecho el FMO (Fear Of Missing Out, o miedo a que algo pase y tú no te enteres) es un trastorno cada vez más común y más grave.

 

La tecnología ocasiona que necesitemos aprender nuevas cosas y habilidades a una velocidad que nos sobre pasa. Cuando no lo conseguimos sentimos que nos hemos quedado fuera de juego. Muchas veces, con razón, tememos que eso, de hecho, nos expulse del partido. Cada vez más trabajos peligran como consecuencia de las nuevas tecnologías. Necesitamos actualizar todo el tiempo aplicaciones, teléfonos, aparatos y gadgets. Por no hablar de la moda.

 

Las redes sociales, principalmente Instagram, hacen que la vida ideal parezca real.

 

Nuestra parte más intelectual sabe que todas esas fotos que vemos están editadas, no reflejan la realidad o muestran, como mucho, sólo una pequeña parte de esta. La que oculta cualquier imperfección. Sin embargo, es tal el bombardeo de imágenes que si no paramos a reflexionar, fácilmente caemos en creer que todo lo que vemos es cierto. Ese es el poder de la imagen.

 

Además, lo que antes les pasaba a las celebridades y leíamos en revistas, ahora parece que les ocurre a todas las personas. De pronto todas las personas de tu entorno parecen modelos, viven enamorados, sus casas y familias son de revista, viajan como jet setters, cosechan un triunfo tras otro. ¡Cómo no pensar que la vida perfecta no sólo existe, sino que es normal! Excepto que sabemos que, por mucho que lo parezca no es verdad.

 

Nadie es más fácil de engañar que aquel que desea creer en el engaño.

 

El problema es que queremos creer que es verdad. Porque si nuestros vecinos, que están lejos de ser Johnny Depp y Kate Moss, pueden tener esa vida ideal, nosotros también. Desde luego ni ellos la tienen ni nosotros podemos tenerla, sencillamente porque no es real.

 

Mientras nosotros acumulamos fantasías, la industria se aprovecha y ya casi no tienen ni que gastar en publicidad. Nosotros mismos nos encargarnos de vendernos la idea de que cómo hay que verse, dónde hay que ir, lo que necesitan hacer y tener nuestros niños, en qué debemos trabajar. Lo cual cambia tan rápido que la única forma de estar al tanto es vivir actualizados. Y luego nos extraña que estemos estresados.

 

Hay que renovarse sí, pero no somos robots. Nuestra mejor versión no pasa por dejar atrás quienes somos para ser otro modelo. Un robot mejorado.

 

¿Cuál es tu mejor versión?

 

Tu mejor versión es aquella en donde eliges conforme a tus valores y te comprometes en serio con tus decisiones. Donde te resulta fácil tomar decisiones y hacer lo que dices que vas hacer. Tienes claros cuáles son tus objetivos y lo que te motiva a cumplirlos. Tu mejor versión es la que te permite crecer en aceptación de aquello que no puedes cambiar y mejorar lo que sí puedes.

 

Sobre todo, se trata de mejorar ciertas cualidades y capacidades que nada tienen que ver con ser perfectos o lo que podemos conseguir fuera. Aunque cuando actuamos conforme ella, lo lógico es que cada vez consigamos también más de esto: lo que obtenemos fuera suele ser un reflejo de lo que cultivamos en nuestro interior.

 

¿Cómo ser tu mejor versión?

 

Si quieres ser la mejor persona que puedes llegar a ser, comienza por tu interior. Preocúpate menos por cómo te ves y lo que tienes y más por cómo eres y cómo haces sentir a los demás. Ten absolutamente claro cuáles son tus valores y su jerarquía. Sueña a lo grande y convierte tus sueños en objetivos realistas. Asegúrate que tus objetivos están alineados con tus valores. Cuando tengas que tomar una decisión, elige la que mejor refleje esas prioridades.

 

Cultiva la autenticidad. Práctica la amabilidad, empatía y compasión. Busca acumular menos conocimiento y aumentar tu sabiduría. Ten tu propia definición de éxito, según la cual, alcanzarlo dependa sólo de ti. Procura que llegar a tu meta te lleve a tener mayor paz interior.

 

Sabrás que estás siendo la mejor persona que puedes ser, cuando estés emprendiendo acciones concretas para construir la vida que deseas y hacerlo, independientemente de los resultados, te llene de alegría y paz.

 

 

 

*Si te interesa profundizar en este tema, te aconsejo leer mi libro: El Viaje Hacia El Súper Yo.

Leave a Reply

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.