
A todos nos pasa. Sabemos que llegó el momento de dar el paso y salir de nuestra zona de confort. Probablemente llevamos sabiéndolo mucho tiempo. Por un lado, nos asusta, pero en el fondo queremos salir. Somos conscientes que necesitamos hacerlo.
¿Por qué entonces cuesta tanto trabajo salir de nuestra zona de confort?
Esto ocurre, porque tenemos perfectamente claro todo lo que dejaremos atrás y las pérdidas que ello supone. En cambio, no podemos estar seguros de lo que ganaremos. Lo que nos paraliza es la incertidumbre.
Resulta paradójico: lo que impide salir de la zona de confort es el miedo ante la incertidumbre. Sin embargo, estarás de acuerdo en que, no hay nada más incomodo que la duda. Así de lógicos somos a veces. 🙂
¿Qué es la zona de confort?
Seguro la imaginas como un sitio bueno y agradable, donde gozas de bienestar, salud y seguridad. En definitiva, un lugar en el que – aun sabiendo que existen otros sitios en los cuales podrías estar mejor – disfrutas comodidad y te sientes muy bien. Esto no tiene porque ser así.
Tu zona de confort puede, de hecho, ser una zona tóxica.
Puede ser que no te guste el lugar donde vives, tu trabajo, tu relación de pareja, la gente con quienes compartes tu vida, la forma en la que pasas tu tiempo libre. Es probable que, por lo mismo no te estés cuidando bien y tengas mala salud o la estés poniendo en riesgo con malos hábitos. Tu zona de confort puede ser una zona de stress. Es completamente posible estar en tu zona de confort, viviendo con resignación e incluso con ansiedad o depresión, porque te has acostumbrado a funcionar y vivir así.
La zona de confort se caracteriza por ser una zona donde hay poca incertidumbre.
Aunque las certezas que hay no necesariamente te gusten. Incluso pueden ser dolorosas o dañinas. Se llama “confort” porque no existen grandes sorpresas ni sobre saltos. Sabes qué hacer y esperar cada día.
Como explica bien el doctor Mario Alonso Puig, para algunas personas, aunque sepan que no son felices ni exitosos, más vale malo por conocido que bueno por conocer. Porque para ellos, lo bueno por conocer se llama incertidumbre y eso les asusta.
Incluso tratándose de una zona de confort en la que realmente te encuentras bien, llega un punto en el que es necesario salir de ahí para avanzar. En la misma conferencia de Mario Alonso Puig, explica los efectos que tiene sobre la salud.
Es preciso nacer muchas veces hasta convertirte en quien realmente has venido a ser.
Con mis clientes yo uso la metáfora del parto. Durante el embarazo el bebé está en una zona de confort. Esta muy agustito. Está diseñado para que tenga ahí todo lo que necesita para crecer. Meses después, llega un momento en el que debe salir del útero de su madre. Si no lo hace a tiempo, su vida y la de su mamá corren peligro. Cuando se retrasa el nacimiento, lo que antes era confort se vuelve tóxico: el bebé ya no tiene espacio para crecer y las condiciones que eran favorables se vuelven dañinas. Si eso ocurre, es necesario que el médico induzca el parto y haga lo que sea necesario para sacar al bebé con bien.
Nuestra zona de confort es como el vientre materno, podemos tener todo lo que necesitamos ahí, incluso por periodos muy largos, pero, siempre llega un momento en el que se vuelve indispensable salir para continuar creciendo. No hacerlo supone más que dejar de crecer, comenzamos a disminuirnos. Disminuyen nuestras capacidades, habilidades, conocimiento, salud, autoestima, inteligencia, virtudes, vitalidad.
¿Qué hay fuera de tu zona de confort?
Todas las posibilidades de crecimiento y mejora. Ni más ni menos. Esto se conoce como zona de expansión.
Está comprobado científicamente, si no continuamos avanzando y aprendiendo, comenzamos a retroceder. Fuera están las oportunidades de encuentro, de desarrollar nuestros talentos, encontrar nuevas pasiones, aprendizaje, ilusiones.
Fuera está: todo lo bueno por conocer.
¿Cuándo sale alguien de su zona de confort?
- Cuando sufre una crisis y es arrojado fuera por algo o alguien más.
- Al tocar fondo.
- Si otra persona le inspira, ayudándole a ver que, aunque ahora esté bien, hay un espacio grande de crecimiento donde puede estar mucho mejor. Para esto, la persona debe tener una actitud de querer mejorar.
Aquí es donde yo (u otro Coach) te puedo ayudar. Una persona cercana no suele ser lo mejor. Por mucho que te quieran y tengan buenas intenciones, pueden – consciente o inconscientemente -, no desear tu cambio. Ello no les convierte en malas personas, simplemente tu crecimiento les puede afectar, obligándolos a analizarse y, quizá a salir de su propia zona de confort. Pueden no estar preparados.
También, seguramente tienen prejuicios y etiquetas sobre cómo eres y lo que debes hacer, porque te conviene. Nadie mejor que tú sabe responder esas cuestiones. Un Coach no te va a dar esas respuestas, te ayudará a encontrarlas dentro de ti.
No esperes a que venga una (¿otra?) crisis ni a tocar fondo, ¡inspírate y sal ya!
¿Qué puedes hacer para salir de tu zona de confort?
Si quieres salir de tu zona de confort y te está costando mucho esfuerzo, lo primero que te aconsejo es aceptar esa resistencia como parte normal del proceso. Para vencerla necesitarás 3 cosas:
- Inspiración. Debe haber algo que te mueva desde tu interior a querer salir. Hay muchas técnicas que se pueden aplicar si te falta inspiración. A mí, lo que mejor me funciona es ver a personas a quienes admiro y sentir que me gustaría hacer lo mismo. También me sirve mucho pensar en toda la gente que podría ayudar si me atreviese a ir más allá. A otros, lo que les viene bien es pensar en cuestiones que les indignan, sobre las cuales quisieran influir para que se dé un cambio.
Mi consejo es que pruebes varias cosas y te fijes tanto en aquello que despierta tu admiración e incluso envidia, como en lo que te indigna, duele o provoca rabia. Poco a poco, sabrás dónde te es más productivo buscar inspiración, o en qué ocasiones te funciona una cosa y en cuales otras.
- Estrategia. La inspiración sin una buena estrategia no se concreta en salir de tu zona de confort. Recuerda que hacerlo es la manera de continuar creciendo, de expandir tu vida y posibilidades. De tener lo que ahora no tienes, ya sea en temas laborales, económicos, amorosos, de relaciones o de desarrollo personal (virtudes, habilidades, conocimiento).
En Coaching sabemos que, un objetivo sin un buen plan de acción es casi imposible de alcanzar. Es necesario que sepas todos los pasos que debes dar para llegar a donde quieres. Sin el mapa correcto es fácil perderse. Conocer el camino es lo que te da convicción para creer que puedes recorrerlo, y llegar sano y salvo a tu zona de expansión.
- Constancia. Es necesaria ya que, por el camino encontraras obstáculos e imprevistos. Debes continuar hacia adelante enfrentando cualquier reto que se te presente. Siempre hallarás obstáculos, atajos, desvíos y múltiples distracciones, es indispensable tener muy claro para qué estas recorriéndolo (lo que te inspira a salir de tu zona de confort y lo que esperas ganar cuando alcances la zona de expansión), y entrenarte para mantener el foco en ello.
Ahora sabes lo que ocurre si te quedas dentro de tu zona de confort y lo que ganas si sales. También tienes más claro qué hace falta para salir de ahí y las 3 cosas que necesitas para vencer la resistencia. ¿Te quedas con lo malo conocido o apuestas por lo bueno que te está esperando? Piensa en el primer paso que puedes dar para acercarte a lo bueno, aunque parezca pequeño, ese es el que necesitas dar.
¡Puedes hacerlo!