Inteligencia EmocionalProcesos de Coaching

La Decisión Que No Estás Tomando

By 23 enero, 2020 No Comments

La Decisión Que No Estás Tomando

La decisión que no estás tomando te está costando tu felicidad.

 

Sabes perfectamente cuál es, porque llevas meses, quizá años, dándole vueltas. Seguramente tiene que ver con un cambio. Eso con lo que sueñas.

 

Probablemente, la decisión que no estás tomando se refiera a intentar algo nuevo, como aprender una habilidad, desarrollar una pasión, pedir una oportunidad, emprender o cambiar de trabajo. Una voz interior dice que ha llegado el momento de atreverte: a mostrar tu talento, dar el primer paso para iniciar una amistad, relación de pareja, tener un hijo o mudarte de país. También puede tratarse de soltar o de dejar atrás una situación, profesión, relación, o proyecto que en el fondo que sabes que no te conviene.

 

¿Qué está pasando en tu vida?

 

Evita la parálisis del análisis.

Hay algo en tu vida que falta y no reúnes el valor de lanzarte por todas. Continúas esperando una (otra) señal; el momento perfecto; recabar mayor información para reducir el riesgo de equivocarte, de ser posible a cero. Te estancas con el pretexto de estar analizando la situación.

 

Caes en la parálisis del análisis desde donde es muy difícil actuar. Cuanto más tiempo transcurra sin tomar una decisión, pasando inmediatamente a la acción, más difícil será que lo hagas.

 

O bien, algo sobra y lo mantienes por costumbre a sabiendas que te impide avanzar. Relaciones, hábitos, hobbies, lugares, ideas y creencias que son obstáculos para tu crecimiento y felicidad, pero no encuentras el valor de dejar definitivamente atrás. Cuando lo haces, a la primera que algo no sucede como esperabas regresas a la situación anterior.

 

Nada ha cambiado tanto como para creer -con fundamento- que esta vez el resultado será diferente. No tardas mucho en darte cuenta que no lo es. Todo vuelve a ser como antes y cualquier satisfacción es pasajera. Esto es, porque en realidad no te comprometiste con tu decisión. Te quedaste a mitad del camino.

 

¿Resultado? La sensación de vacío aumenta y vas perdiendo confianza en tu capacidad de elegir lo mejor para ti. Esto disminuye tu autoestima. Junto con ella tu creatividad para imaginar nuevas posibilidades, abrir opciones y encontrar soluciones.

 

La decisión que no estás tomando se refleja en tu cuerpo.

 

Es fácil identificar de qué se trata. Cuando hay algo importante que necesitamos atender, la sensación de inconformidad es recurrente. Por mucho que miremos hacia otro lado, regresa cada vez más fuerte. Como niño pequeño demandando nuestra atención, no parará hasta conseguirla. Puede manifestarse físicamente como malestar, dolor e incluso derivar en enfermedad. Otros síntomas son dormir mal, falta de energía, o escasa alegría. 

 

Hay una parte dentro de ti que sabe lo que realmente necesitas para estar bien. Esta sabiduría interior es inconsciente y no siempre sabemos acceder a ella. Sin embargo, existe y por eso es que el Coaching se fundamenta en que tú ya tienes las respuestas. Lo que hace el Coach es facilitarte el encontrarlas.

Lógica + emoción = decisión

 

Aquí compartiré contigo uno de los ejercicios que hago con mis clientes para ayudarles a tomar la mejor decisión.

 

Lo primero que hay que entender es que se trata de algo importante. De otro modo no sería tan complicado decidir y actuar. Algo con el potencial de cambiar tu vida. Seguramente hacia la dirección correcta. Si ya estuvieras en ella no existiría tanta confusión ni malestar. 

 

Es la forma en la que tu inconsciente te está comunicando que vas por mal camino. Necesitas retomar el rumbo y no te dejará estar en paz hasta que lo hagas.

 

La única salida es hacia adelante.

No hay escapatoria. Puedes tomar atajos, posponer indefinidamente tomar una decisión, dar carpetazo sin haber resuelto el tema de fondo o pretender engañarte distrayéndote con otros asuntos urgentes o que te hacen un bien mayor, y siempre volverás al mismo punto.

 

Digamos que se trata de algo tan importante, que la vida no te dejará pasar de nivel hasta que demuestres que eres capaz de jugar en otra liga.

 

¿Qué decisión necesitas tomar para avanzar?

 

Sabiendo esto, es importante que te atrevas a comprometerte con una decisión. Deja de mirar atrás. Mira dentro, observa el presente. Responde honestamente: ¿cuál es la decisión que no estás tomando?

 

Algunas personas son demasiado lógicas y el trabajo con ellos consiste en moverlos para conectar con su mundo emocional. Ciertas decisiones no pueden tomarse únicamente atendiendo a la razón. Es necesario aprender a escuchar la intuición, los sentimientos, el corazón. Hay situaciones aparentemente muy razonables, que nos hacen profundamente infelices. No entendemos el por qué de nuestro malestar, pero lo sentimos y sabemos que es real.

 

Las personas altamente sensibles, suelen, en cambio, dejarse dominar por sus emociones. Si los lógicos carecen de espontaneidad, los emocionales corren el riesgo de quedarse atrapados en sus sentimientos y actuar por impulso en contra de sus mejores intereses. O en medio del remolino son incapaces de movilizarse para salir de él. El trabajo del Coach con ellos consiste en ayudarles a tomar distancia de sus emociones y ver la realidad a partir de hechos objetivos.

 

Un análisis coste/beneficio no sirve en estos casos.

 

Lo que la mayoría de la gente hace cuando necesita tomar una decisión, es elaborar listas de pros y contras para valorar el coste/beneficio de cada opción. Esto puede estar bien para cuestiones cuantificables, para las decisiones verdaderamente relevantes no vale.

 

Si la decisión que necesitas tomar es del orden de: ¿qué carrera estudio?, ¿debería cambiar de profesión?, ¿con quién me caso?, ¿rompo una relación?, ¿tengo hijos?, ¿me mudo a otro país?…, permanecer en un análisis racional conduce a la indecisión y te ancla en donde estás. Son decisiones trascendentales y por su importancia no pueden tomarse únicamente desde la lógica. Por mucha información que recopiles, tus valores, prioridades, emociones, conscientes e inconscientes tienen mucho que decir al respecto.

 

Los datos nunca inclinaran la balanza hacia ningún lado porque, por si solos no bastan para decidir. 

Así se ve la lista de pros y cons

 

Es importante que exista un equilibrio entre razón y emoción. Si eres una persona muy emocional o te encuentras en un momento en el que tu estado de ánimo está alterado, antes de tomar una decisión conviene que recuperes la calma.

 

La decisión que no estás tomando cambiará tu vida. Lo sabes, por eso te cuesta. Tienes miedo a equivocarte porque sientes que hay mucho en juego y no quieres perder. Piensa que si no actúas rápido la pérdida será mayor. Siempre hay tiempo más adelante para rectificar.

 

La decisión que no estás tomando requiere razón, emoción e inconsciente.

 

Cuando no tomas una decisión: no actúas, te adaptas. De lo único que nos arrepentimos es de no haber actuado cuando debíamos. Y no se trata de actuar por actuar, lanzándose a todo sin medir las consecuencias. Esta conducta también refleja miedo. Siempre que se actúa desde el miedo tarde o temprano llega el arrepentimiento. Se refiere a no haber hecho lo que sabías que tenías que hacer para honrar tu vida.

 

La buena noticia es que esa falta de decisión, ese arrepentimiento, se reflejan en malestar y, como ya vimos, la historia se repite hasta que encuentres la forma de cambiar el guión.

 

No te quedes a medio camino

Esto es una buena noticia porque se trata de algo importante, algo que necesitas aprender para continuar y encontrar lo que buscas. Aunque parezca difícil e incómodo y preferirías evitarlo, créeme que en el fondo tu inconsciente -que no tiene miedo a nada- sabe que debe hacerlo. Quiere hacerlo.

 

Mientras no decidas y no actúes 100% en congruencia te vas a comer la cabeza, la ilusión y la salud pensando qué pasaría si lo hicieras, si lo hubieras hecho, si pudieras volver atrás con valor para hacerlo… Así como las desgracias que imaginamos suelen ser mucho mas terribles que las consecuencias que generan en la realidad nuestros actos, también eso es cierto de las proyecciones positivas.

 

El hubiera nos atormenta tanto porque nuestra fantasía permanece intacta.

 

Al no tener fundamento en la realidad, todas las comparaciones que hagamos desde una reflexión en este nivel, serán producto de nuestra imaginación. Los escenarios serán tan buenos o malos como se nos ocurran. Por eso es imprescindible pasar a la acción, generando nuevos hechos que aporten información más fiable sobre la cual sí sea posible hacer una valoración. A partir de ahí podremos ir haciendo los ajustes que consideremos oportunos.

 

No esperes más para tomar esa decisión. Sigue los siguientes pasos:

 

  1. Haz una lista de hechos. Esto es todo lo que sabes acerca del tema y que no conlleva un juicio ni opinión de tu parte.
  2. Escribe todas tus emociones al respecto.
  3. Elabora el peor escenario posible con todo aquello que puede salir mal.
  4. Describe el escenario más optimista sin escatimar en todo lo bueno que puede derivar de esto.
  5. Usa tu creatividad para identificar tus opciones.
  6. Valora toda la información y anota tus conclusiones.

 

Hasta ahí habrás trabajado la parte consciente, buscando un equilibrio entre lo racional y tus emociones. El siguiente es el paso más importante: dejar que el inconsciente te guié. Lo que tu mente y tu cuerpo son capaces de percibir y conocer a nivel inconsciente es millones de veces más profundo, pero no siempre sabemos acceder a esa sabiduría interior.

 

Para hacerlo, inmediatamente después del ejercicio anterior realiza una actividad que te permita entrar en contacto con tu fuero interno y conectar con tu cuerpo dejando aparcada la racionalidad. Practica un deporte, camina o baila. Lleva a cabo alguna actividad artística como pintar, tocar un instrumento o colorear. También cocinar o hacer las tareas del hogar es muy útil.  Si te viene alguna información (tal vez sea en forma de imagen, sonido o sensación), anótala. En cuanto termines revisa tus conclusiones y si quieres añadir algo hazlo sin meditarlo demasiado.

 

Acto seguido: ¡toma una decisión y da el primer paso lo antes posible!

 

Ya no le des ni media vuelta a si es o no la mejor decisión. Tal vez no lo sea, no importa. Lo que cuenta es que esa es la decisión que tomas desde tu autenticidad, con la información y experiencia que tienes al día de hoy. Cuando veas sus efectos en la realidad -y obtengas nueva información sobre hechos- comprenderás por qué necesitabas tomar precisamente esa y no otra.

Leave a Reply

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.