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Haz Que Cada Día Cuente

By 29 abril, 2020 No Comments

Haz Que Cada Día Cuente

Haz que cada día cuente

Haz que cada día cuente. No cuentes los días hasta que todo esto haya terminado. No sabemos realmente cuándo será eso. Podría alargarse nuevamente el periodo de aislamiento. Se anunció en España un plan de desescalada del confinamiento por fases, pero aún no están claras las fechas para cada provincia y nada nos asegura que se superen todas las fases. Tampoco podemos estar seguros que, una vez controlada la presente crisis por esta pandemia, no surja más adelante otra. Ni descartar un nuevo virus que pueda ocasionar otra pandemia o surja una nueva situación que requiera confinamiento.

 

No suena muy alentador ese panorama, ¿verdad? Sin embargo, negar la posibilidad sólo generará más daños, pues existe gran probabilidad de que ocurra. Ya hemos visto que no depende de nosotros. El enemigo más fuerte es invisible. El que hayan cosas que no vemos o no comprendemos, no significa que no existan. 

 

Hay buenas noticias. Ahora que lo sabemos, podemos prepararnos mejor. Esta cuarentena nos pilló por sorpresa, habrá que vivirla de la mejor manera posible. Necesitamos aprender ciertas cosas que permitan, en el futuro, sobrellevar mejor los imprevistos. Coronavirus o no, lo que es un hecho es que siempre habrán cambios para los que necesitamos estar preparados. Cada vez son más frecuentes y pegan más duro.

 

Haz que cada día cuente.

 

La cuarentena es nuestra realidad ahora. De nada sirve resistirnos a ella. Cuanto más lo hagamos más daño sufriremos en todos aspectos. La realidad no se adapta a nosotros, somos nosotros quienes debemos adaptarnos a ella. Por suerte, los humanos somos capaces de influir en nuestras circunstancias y decidir cómo vamos a vivir con lo que nos toca asumir.

 

Usa tu sofá de trampolín.

 

Imagínate que no pudiéramos volver a salir en 2 años. Obviamente no será el caso. Sólo pido que lo imagines. Con lo que tienes hoy, es con lo que tendrías que vivir ese periodo. Techo y comida están garantizados en este escenario. No necesitas preocuparte por eso. ¿Cómo te sentirías? Piensa en las personas con las que vives o si vives sola o solo. En los amigos, familia y relaciones que sólo podrías tener a distancia. ¿Cómo harías para que esos encuentros fueran más satisfactorios? ¿En qué invertirías tu tiempo? ¿Buscarías la forma de trabajar a distancia? ¿En qué y cómo usarías el dinero que ganases? ¿Te pasarías el día en pijama o procurarías verte bien aunque no fueras a salir?

 

No tengo idea lo que habrás visualizado, pero estoy segura que no pasarías el tiempo lamentándote, sin hacer nada más que esperar a que todo pase. Así que haz que cada día cuenta y no dejes pasar ni uno sin hacer algo que te haga feliz.

 

El mundo ya cambió. La normalidad que conocíamos no va a volver. Incluso cuando volvamos a la calle, lo iremos haciendo poco a poco. Seguramente pasará bastante tiempo antes de que las cosas que hacíamos habitualmente, desde ir a la oficina hasta salir con amigos tomar unas cervezas, nos parezcan normales. Lo único que parece seguro en los próximos meses, es que pasaremos por nuevos periodos de aislamiento y que necesitamos reinventar la forma en que hacemos la mayoría de las cosas.

 

Visualizar como sería tu mejor vida posible en una cuarentena de 24 meses te ayudará a estar preparado.

 

Los humanos tenemos una capacidad de adaptación encomiable. Además somos los únicos que podemos hacerlo voluntariamente y en forma creativa. No sabes lo fuerte que eres hasta que tienes que ser fuerte. Y no sabes lo flexible que eres hasta que tienes que adaptarte a situaciones extremas. Pero créeme, eres mucho más fuerte y más flexible de lo que piensas.

 

Algún día descubrirás que esta pausa tuvo sentido, si la aprovechas para reconectar contigo.

Aprovecha tu creatividad en estos momentos. Verás que en cuanto dejes ir las ideas sobre cómo tenía que verse tu vida, comenzarán a surgir nuevas posibilidades. Se abrirán opciones que no se te habrían ocurrido en otras circunstancias. Confía en ti: encontrarás nuevos recursos internos y externos. Confía también en el proceso. Ahora estás donde tienes que estar, para aprender lo que necesitas antes de continuar tu camino. 

 

Cuando te des cuenta este tiempo habrá pasado. Estarás en una etapa nueva de tu vida. Y puede que incluso eches de menos la cuarentena. Haz que cada día cuente para que cuando ese momento llegue, mires atrás y recuerdes el confinamiento como un tiempo especial. Un tiempo en el que aprendiste, disfrutaste y lo que perdiste en conexión física lo ganaste en conexión emocional y espiritual.

 

Mentalidad a largo plazo = haz que cada día cuente.

 

He escuchado a muchos decir que esto no son vacaciones, ni estamos en un ashram. Evidentemente ni lo uno ni lo otro. Insisto en que debemos estar anclados en la realidad. La realidad es que ahora la situación mundial es difícil y apenas estamos al comienzo de esto. No sabemos cómo se verá lo que sigue. Nunca lo hemos sabido. Los miedos más grandes del ser humano son la incertidumbre y dejar de existir. Por eso, nos cuesta gestionar el cambio y arriesgar.

 

Somos así. Cuando algo sucede de forma aparentemente repetitiva, nos parece que seguirá siendo así por siempre. Nos acostumbramos y aunque esa forma no nos guste o nos dañe, modificar nuestro status quo supone un gran esfuerzo. Nos resistimos a realizarlo por falta de confianza o determinación.  Muchas veces no nos atrevemos a hacerlo hasta que las circunstancias nos obligan.

 

Hayas caído ya en la cuenta o no, ésta es una de esas circunstancias. No tiene sentido esperar a que todo vuelva a ser como antes. El cambio ya ocurrió. Ahora, lo importante es cuánto tardarás en asumirlo y en hacerte responsable de adaptar tu situación personal a la nueva coyuntura. 

 

La visualización anterior es fundamental para que retomes el control. Una de las razones por las que nos cuesta tanto vivir con incertidumbre, es precisamente porque nos hace sentir impotentes. Algunos reaccionan con una sobre-actividad en un intento por evitar el cambio. Incluso por evitar pensar en el cambio. Otros, por el contrario, se dejan llevar por el pesimismo y tiran la toalla. Creen que no pueden hacer nada y se conforman con adaptarse a lo que les toque. 

 

Levántate, arréglate y preocúpate cada día únicamente de hacer lo mejor que puedas.

 

Expertos de todo el mundo coinciden, en que tardaremos aproximadamente 18 meses en superar la crisis sanitaria y algo más para la recuperación económica. Necesitas tomarte el tiempo para interiorizar esa información. Nadie logra hacerlo en pocos días o semanas. No te presiones, pero no temas hacer frente a lo que viene. A tu ritmo. Haz que cada día cuente. Cada día ve dando un paso más hasta que consigas asimilarlo. Sé paciente: el cambio que necesitarás hacer probablemente lleve varios meses y requiera un periodo de ensayo y error. Date permiso para cometer errores. Recuerda ser amable contigo.

 

Se trata de definir cómo te gustaría que sea tu vida a largo plazo, teniendo en cuenta que las circunstancias actuales de distanciamiento social, trabajo en casa, homeschooling, restricciones a los viajes y otras medidas de contención y prevención de enfermedades seguramente continuarán aplicándose. En formas menos severas quizá, pero que igualmente harán que tus rutinas sean distintas.

 

Visualizar que el confinamiento durará dos años, te ayudará a hacerte una mejor idea de cuáles son tus aspiraciones y prioridades ahora. También cuál es la mejor manera de ordenarlas para satisfacer tus intereses y necesidades.

 

Maneja el estrés.

 

Piensa que si aprendes ahora a manejar el estrés, luego te parecerá chupado hacerlo en otras situaciones. Sabemos cuáles son las mejores maneras de conseguirlo, así que no tengo nada nuevo que contarte, pero te las recuerdo por si acaso:

Ahora más que nunca necesitas comer sano y hacer ejercicio físico diario para estar bien.

 

  1. Haz ejercicio físico
  2. Come sano
  3. Duerme bien
  4. Toma el sol
  5. Medita

 

Tomar decisiones importantes cuando estamos bajo un estrés malo, es contraproducente. Antes de tomar decisiones que puedan afectar drásticamente tu vida, asegúrate que estás en un estado de ánimo sosegado. Ni pesimista ni demasiado optimista. Con los pies en la tierra y la mirada en el cielo. Sintiéndote bien y con calma suficiente. Todo lo anterior te permitirá adquirir y mantener ese estado. Gracias a ello, el estrés por las nuevas circunstancias que traiga consigo el COVID-19 será del bueno, del que te motiva a la acción. 

 

Cada día cuenta. Cada día que hagas ejercicio, comas y duermas bien, tomes el sol con precaución y/o medites suma. Unos días podrás hacer todo y otros casi nada. Es normal que así sea. Ve un día a la vez. Pronto todo se dará de manera natural y lo harás en automático. El esfuerzo será no hacerlo. 🙂 (También se vale de vez en cuando.)

 

Tip: Si te cuesta mucho, prueba a pensar que cada día cuenta y por cada uno que consigas ganas un punto. Necesitas 28 puntos al final de la semana para tener un premio, por ejemplo: ir a algún lugar que se te antoje en compañía de quien elijas. Si ahora no es posible escríbelo y mételo en un bote para cumplirlo en cuanto lo sea.

 

Arma tu equipo.

 

Tu equipo va a ser fundamental en los tiempos que vienen. Necesitas saber con quién cuentas y para qué. Una cosa es estar unas semanas confinados, intentando conciliar trabajo, casa y escuela y otra completamente distinta es tener que hacer ese esfuerzo meses. Lo mismo ocurre con cerrar un negocio o parar la actividad económica. No es sostenible. Como tampoco lo es no convivir con las personas que queremos.

 

Encuentren dinámicas que funcionen para todos los miembros del equipo.

 

La salud es muy importante. Puede que lo más importante. Sin embargo, lo es en la medida que nos permite disfrutar de la vida, de nuestras pasiones, del trabajo que nos dignifica. No podemos vivir metidos en un sarcófago por cómodo que este sea. Eso es muerte en vida.

 

Volveremos a hacer todo ello, pero necesitamos estar preparados para conciliar mejor. Habla con tu familia y decidan cuál es la mejor forma de asegurarse que eso será posible. Identifiquen varios escenarios y tengan preparada una estrategia en caso de que surjan. Para los cambios laborales, reconoce quienes son las personas que van a influir en tu situación y habla con ellos sobre lo que puedes esperar.

 

¡No olvides a los amigos! Los vas a necesitar más que nunca.

 

Programa reuniones frecuentes con ellos. Hablen sobre cómo lleva cada uno la situación. Desahóguense, es importante. Luego dejen el tema de lado -salvo que alguno necesite hablar de ello- y hablen de sus proyectos. Un GRAN ejercicio es que todos digan cómo imaginan que cada uno del grupo debería reinventarse. Nuestros amigos nos conocen, ven nuestros talentos y puntos de mejora, quieren lo mejor para nosotros y pueden darnos ideas valiosísimas sobre lo que nos conviene. Deja que te ayuden a elaborar tu plan de acción para los próximos meses o años. Y pídeles que te digan cómo pueden ayudarte a conseguirlo. 

 

Además de la física y mental, hay que cuidar nuestra salud emocional y espiritual.

Sabernos apoyados por nuestros seres queridos nos ayuda a estar bien emocionalmente. Además libera espacio mental sabiendo que no tenemos que preocuparnos por todo. Contamos con un buen equipo. Recuerda: los sueños no se cumplen solos. (Puedes leer más sobre eso aquí.)

 

Apóyate también en Dios, la Vida, el Cosmos, la Naturaleza, o cualquier poder más grande que tú en el que creas. Date cuenta que nunca estamos realmente solos. Alguien nos protege y acompaña siempre. Sé consciente que todos los seres estamos interconectados y eres parte de algo muy grande. Lo que hagas es tu aportación a ese algo: haz que cada día cuente aportando lo mejor que tengas para dar en cada momento. De este modo conseguirás estar espiritualmente sano.

 

Todo irá bien. ¡Nos vemos pronto!

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