Noticias

Gestiona Tus Emociones, Consigue Tu Objetivo

By 10 mayo, 2019 No Comments

Gestiona Tus Emociones, Consigue Tu Objetivo

Gestiona tus emociones, consigue tu objetivo

Gestiona tus emociones. Se dice fácil. Quienes hemos luchado por conseguir un objetivo, originalmente lejos de nuestra zona de confort, sabemos que es la parte más difícil. La experiencia nos enseñó que, también, es indispensable para llegar a la meta.

 

En el artículo anterior, hablamos de la zona que se encuentra entre tu Zona de Confort y tu Zona de Expansión o Zona Mágica, donde lo que deseas, lo que tienes y lo que eres se han integrado. En esa zona fluyes. Conseguir lo que quieres es fácil, porque realizas las acciones que te permiten lograrlo de manera natural.

 

En la zona intermedia se encuentra la Zona de Aprendizaje. Aquí adquieres nuevos conocimientos y habilidades. Es una fase de prueba y error. Te vas dando cuenta de cuáles son los recursos que necesitas, lo que tienes y lo que te falta. Te haces con un buen mapa y preparas tu equipaje. El viaje te entusiasma y te lanzas a la aventura.

 

Gestiona tus emociones en la Zona de Aprendizaje, es más fácil que animarte a salir de tu Zona de Confort.

 

Te sientes valiente. Después de todo, dejaste atrás la seguridad para emprender algo nuevo. Tienes una renovada confianza en ti, en tu proyecto. Quieres comerte el mundo y te parece que puedes hacerlo.

 

Aquí todo despierta tu curiosidad. Te sientes con más vitalidad que nunca. Exploras, aprendes, tienes un montón de nuevas experiencias. Te alegras de haber salido.

 

Y entonces, te caes.

 

No es una caída como las que tuviste cuando estabas aprendiendo. Esta es mucho más profunda. Por eso, la siguiente escala se llama Zona de Hundimiento o de Pánico. Te hundes, está oscuro, tu mapa no sirve, el equipaje resulta no ser el adecuado. Te faltó empacar – quizá por descuido, aunque lo más probable es que fuera imprevisible- justo lo que necesitas para salir y llegar a la cima. Y claro… te entra el pánico.

 

La Zona de Pánico es el pase a las Grandes Ligas.

 

Caíste en el hundimiento porque topaste de golpe con la realidad. En la Zona de Aprendizaje todavía estás investigando, reflexionando, practicando y experimentando. Nadie espera que lo hagas perfecto porque se entiende que estás aprendiendo. Esa etapa no dura eternamente. El aprendizaje es continuo, pero, hay un momento para aprender y otro para ejercer.

 

Llegó tu momento de tomar todo lo aprendido y lanzarte ¡con todo! por lo que quieres.

 

Ya estás en las Grandes Ligas. Necesitas demostrar que vales para jugar en ellas. En esta cancha no es suficiente la teoría. No basta saber y estar bien entrenado. Si llegaste hasta aquí, es obvio que tienes la técnica, talento y conocimiento. Igual que todos los que juegan aquí y no todos son capaces de aguantar hasta llegar a la Zona Mágica. Gestiona tus emociones y será sencillo.

 

La diferencia entre los que llegan a su Zona Mágica y los que se quedan en el camino, es que los primeros aprendieron a gestionar sus emociones.

 

Como cualquier deportista de élite puede decirte, el partido se juega en el campo y se gana en la mente.

 

Con estas 8 claves gestiona tus emociones y triunfa en las Grandes Ligas.

 

  1. Ve el hundimiento como parte del proceso.

 

Que estés luchando no es señal de que estés fallando, significa que estás avanzando. De los errores se aprende. Equivocarse, a veces, implica caer. Para llegar a tu Zona Mágica, necesitas que la caída sea además profunda. El mayor aprendizaje, lo que en verdad te transforma en la persona que necesitas ser para tener lo que quieres, está en levantarte.

 

Cuanto más honda sea la caída, tendrás que acceder a lugares más profundos de ti para encontrar los recursos que te permitan alzarte y continuar hasta la meta. Ese auto-conocimiento y esos recursos con los que te hagas en esta etapa, pasarán a formar parte de ti. Tomarás mejores decisiones y te será mucho más fácil conseguir lo que deseas.

 

Practica la paciencia. Cada proceso es único. Date tiempo y confía en el tuyo. Esta etapa consiste en incrementar tu inteligencia emocional para alcanzar tu objetivo. Gestiona tus emociones, entrena diario para ello y, en menos tiempo de lo que crees, todo esto te saldrá de forma natural.

 

 

  1. Tómalo como oportunidad.

 

Esta Zona es sólo la frontera de realidad que debes cruzar para alcanzar tu objetivo. Todos los sueños, planes, entrenamiento, aprendizaje, deben confirmarse en esa realidad y vencerla. Cuando ideamos, planeamos, estudiamos, estamos en la dimensión creativa. Nuestra creatividad es ilimitada, en el sentido de inagotable y también que no existen límites, podemos imaginar todo lo que se nos antoje.

 

En la realidad física, por el contrario, sí existen límites a lo que podemos hacer. Toparte con ella duele, pero, quiere decir que estás pasando de la mera ensoñación a tomar acción para convertir tu sueño en realidad. ¡Bravo!

 

Esa es la razón por la que, en esta fase, puede parecerte que te das todo el rato contra una pared. Hace falta conocer esos límites para poder construir algo sólido. Mi consejo es que, en vez de desanimarte o enfadarte, lo tomes como oportunidad para darte cuenta de lo que realmente hace falta para conseguir lo que quieres.

 

Ante cada nueva dificultad pregúntate: ¿qué me quiere enseñar esta situación?, ¿qué nuevas habilidades, virtudes o recursos requiero? Mientras no lo aprendas, volverás a pegarte contra esa pared.

 

  1. Asume tu responsabilidad y comprométete en serio.

 

Tienes claro lo que implica en la realidad tu meta. Tal vez, supone nuevo conocimiento que no habías contemplado, más apoyo, dinero, otra estrategia, fortalecer tu confianza, mejorar alguna habilidad. Puedes llegar a pensar que todo lo que tienes y sabes no sirve. Todo el tiempo y esfuerzo invertidos para nada. ¡Es mentira!

 

El Universo te está poniendo a prueba. Quiere que demuestres que estás preparado para recibir la magia. ¿Cómo? Demostrando tu compromiso.

 

Todo mundo sabe que los últimos kilómetros antes de completar un maratón son los más difíciles. Cruzar la meta se convierte más en un esfuerzo mental que físico. En tu caso es igual. Cuanto más cerca estés de tu meta, mayor será la resistencia. Las voces de tu cabeza (y de mucha gente fuera) intentarán, por todos los medios, convencerte de que abandones.

 

¿Por qué? Porque si no te das por vencido tú y tus circunstancias se transforman. Ahí está la magia. A la mente (y el ego) no les gusta el cambio. Aunque sea bueno lo perciben como peligro. Estoy segura que ahora comprendes mejor que el miedo no es malo. Gestiona tus emociones y aguanta. Este es el momento decisivo: te comprometes o renuncias. Si en verdad estás dispuesto a hacer todo lo necesario para tener lo que quieres, ahora que va en serio, asumirás la responsabilidad de continuar hasta lograrlo.

 

Reforzar tu compromiso en este punto te dará el impulso para continuar, con fuerza y esperanzas renovadas.

 

  1. Piensa que necesitas crecer más para recibir todo lo bueno que te espera.

 

Gestiona tus emociones practicando. Entrena tu esperanza. Aumenta tu confianza. Mantén el optimismo. Piensa que si te están poniendo muchas pruebas es porque la recompensa será más grande de lo que esperas.

 

Cuando tengas miedo, ansiedad, o cualquier emoción que te bloquee, cuestiona de qué intenta protegerte. Si descubres que hay un peligro real, valora tus opciones y encuentra la mejor manera de gestionar el riesgo. Si la amenaza es producto de la angustia, date cuenta de ello y ¡lánzate a hacer lo que sabes que tienes que hacer, sin darle más vueltas! 

 

Esto es como quitarte una tirita de una herida: sabes que va a doler un poco y tarde o temprano tienes que hacerlo. Lo mejor es hacerlo de un tirón. 🙂

 

Pincha para leer cómo puedes convertir el miedo en tu aliado.

 

 

  1. Haz ejercicio, muévete, entra en acción.

 

Además de todos los beneficios para la salud física, mental y emocional que aporta el deporte, he comprobado, en mí y con varios clientes, que: al miedo se le vence de manera física. Lee eso otra vez y grábatelo bien.

 

Intentar vencer el miedo con la mente es tarea absurda. El miedo es ilógico, recurrir a la lógica para ganar la batalla sólo le hace más fuerte. La lógica se mueve en el plano de la realidad, donde vimos que hay límites. Los argumentos del miedo no entienden de límites, así que es más fácil que te convenza él a que lo hagas tú. La mejor estrategia es evitar la discusión.

 

Para salir de nuestra cabeza, dónde no podemos ganar esa guerra, hay que llevarlo a él a nuestro terreno: nuestro cuerpo. Como ahí se agarra (en el pecho, estómago, garganta, piernas…) para soltarlo necesitamos movernos. Basta entrar en acción para que pierda fuerza y poco a poco desaparezca. Haz ejercicio, da un paseo, baila, canta, dibuja, lleva a cabo alguna tarea que te acerque a tu objetivo por pequeña que sea.

 

La parálisis fortalece al miedo, la acción lo debilita. ¡Muévete!

 

  1. Come y duerme bien.

 

Las dificultades que enfrentamos se ven más o menos grandes de lo que son, dependiendo de cómo valoramos nuestra capacidad para superarlas.

 

Es difícil creer en ti, mantenerte motivado, sentirte capaz, cuando te falta energía. El descanso es parte del entrenamiento. Debido al estrés el sueño se resiente. Procura visualizarte llegando a tu meta o meditar antes de dormir.

 

Planifica tus comidas con antelación. Ten preparada comida sana que eleve tu energía. De este modo, cuando quieras comer cualquier cosa porque no tienes ganas de nada, tendrás a mano algo nutritivo. El intestino es nuestro otro cerebro. Tu estómago, en gran medida, gestiona tus emociones. Cuídalo.

 

Para llegar a tu meta necesitarás TODA tu energía.

 

 

  1. Pide ayuda.

 

Una de las características de esta etapa es la soledad. Es común sentirse solo después de una caída o ante la incertidumbre. Nuevamente tu mente trata de convencerte para que no sigas. Te dirá cosas duras como que: no le importas a nadie, no tienes quien te ayude, si pides un favor te van a decir que no, reconocer un error o confesar que no sabes hará que te menosprecien…

 

Todo falso. No importa cuánto creas que es verdadero. Siempre hay alguien dispuesto a ayudarte. Si no encuentras quién, todavía no has preguntado lo suficiente. La vulnerabilidad es la mayor fortaleza, aprender a gestionarla es fundamental para entablar relaciones sanas.

 

Alcanzar tus objetivos solo es prácticamente imposible.

 

Estás ante otra oportunidad de oro. Vas a saber quién te apoya, desea tu éxito y merece formar parte de tu vida y quién no. A éstos últimos, agradéceles sus enseñanzas, deséales el bien y déjalos seguir su propio camino. Entre más lejos del tuyo mejor.

 

  1. Ten clara tu visión y mantén el foco en ella.

 

Fundamental. Cuanto más específica y clara sea tu visión mejor. Recuerda visualizar todo el proceso. Ve desde el comienzo hasta el punto en el que te encuentras ahora. Toma consciencia de tu desarrollo personal, de todo lo que ya lograste. Haz hincapié aquellas veces que te encontraste en situaciones complicadas y saliste de ellas.

 

Después visualízate recorriendo todo el camino hasta llegar a donde quieres. Mírate avanzando, superando obstáculos, haciéndote con los recursos que te faltan, contando con apoyo (aunque ahora mismo no tengas claro cómo ni quién), llegando y consiguiendo aquello que deseas. Celebrando tu éxito.

 

Nota como te vas sintiendo en cada tramo que recorres. Piensa en acciones concretas para gestionar las emociones que te incomodan. Con las emociones que te encienden construye un gesto, frase o imagen y recurre a ello cada vez que necesites motivación.

 

Manteniendo el foco en la meta consigues relativizar los problemas y las emociones que te limitan. Entrena tu atención y di no a lo que te desvía o rompe tu equilibrio.

 

Visualizar mantiene viva la ilusión de lo que deseas conseguir. Gestiona tus emociones primero en la mente y te será mucho más fácil hacerlo en la práctica.

 

¡Tú puedes!

 

 

¿Hay algo sobre lo que quieras saber más? Deja un comentario o DM para que intente resolver tus dudas.

 

 

Leave a Reply

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.