
Cuestión de tiempo: vivir con prisa te aleja del éxito.
En este artículo encontrarás 4 claves y 2 herramientas súper útiles para gestionar mejor tu tiempo.
¿Cuántas veces al día te dices no tengo tiempo para esto? Seguramente muchas. Además, esto, resulta ser –por lo general- algo importante. La prisa parece contagiosa. Cada vez que preguntas a alguien cómo estás, la respuesta no falla: ¡a tope!
Nos hemos creído que estar ocupados todo el tiempo es señal de éxito. O al menos, que estamos en el camino correcto para conseguirlo. La gente presume que trabaja 10, 12 o 18 horas al día. Tener que dormir en la oficina se ha vuelto la señal definitiva de que eres una estrella. Debes ser indispensable si tienes que estar todo el día disponible.
Trasladamos este modelo también a nuestras casas. Las parejas compiten por ver quién está más ocupado. A ver a quién le toca hacer qué en casa, porque el otro ya hizo demasiado. Los niños casi no tienen tiempo para lo más importante: jugar. Y aburrirse. Están saturados de clases extra-escolares, muchas de las cuales ni les interesan ni disfrutan. Da igual, seguro los hacen exitosos de mayores.
El éxito es cuestión de tiempo, y no tiene nada que ver con cuántas horas estamos ocupados.
¡Me falta tiempo!
La cuestión de tiempo aquí es que no me alcanza. Quiero hacer muchas cosas y no me da la vida para todo. Tú no entiendes, YO soy una persona muy (importante) ocupada. Es que mi jefe es así. No te imaginas la cantidad de cosas que hacer en casa. Necesito el trabajo. Mis hijos me necesitan (monitoreando cada instante de su vida).
No preguntaré si te suena lo anterior, considero bastante seguro afirmarlo. A todos nos pasa, o nos ha pasado, vivir así. Hasta que un día despertamos.
Un día nos damos cuenta que despertar es algo más que levantarse de la cama. Es hacerte consciente que, el regalo más grande que tienes es tu tiempo. Que tú tienes que decidir cómo lo quieres invertir.
Consigue más haciendo menos.
Si eres una de esas personas que siempre está ocupada y luego te preguntas cómo es que no consigues lo que quieres, pregúntate en qué te estás ocupando.
Lo más probable es, que te la pases haciendo cosas que no están ligadas con tu objetivo. Posiblemente, ni siquiera tienes un objetivo claro o está mal planteado. En un artículo anterior hablamos sobre las 10 señales para identificar un mal objetivo. Descubre si es el caso y cómo remediarlo en este enlace.
Puedes conseguir más haciendo menos. No es un mito. Es cuestión de tiempo. De saber gestionarlo e invertirlo para lograr tu éxito.
El truco está en saber identificar qué es ese menos para centrarte en hacerlo.
Aquí tienes las claves y herramientas para gestionar mejor tu tiempo.
Primera: Ten una visión clara de lo que quieres lograr.
Sin una imagen clara -y realista- de qué es lo que realmente quieres conseguir y qué lo hace tan importante para ti, navegas a la deriva. Si no sabes a dónde vas, no puedes llegar.
La cuestión de tiempo entonces se transforma en que pierdes, además de días, meses o años, energía y recursos, dando tumbos en caminos que no son el tuyo. Tras metas imposibles o construyendo los sueños de otros. Para poder vivir tu propia vida, necesitas elegir libremente y desde tu autenticidad qué deseas construir con ella. Cómo, dónde, haciendo qué, con quién, quieres vivir. Esa es tu visión.
Segunda: Traduce tu visión en objetivos SMART+
Una visión sin objetivos para transformarla en realidad, no deja de ser mera ensoñación. Es preciso saber qué acciones concretas debes emprender para alcanzar esos objetivos.
Una visión necesita ser global, abarcar todos los aspectos de tu vida, de modo que exista integridad. Es decir, que tus diferentes objetivos se complementen y potencien entre ellos, en vez de competir. Necesita tener en cuenta lo que quieres lograr a nivel: profesional, personal, familiar, de pareja, social, espiritual, y conciliar los intereses en cada una de esas esferas.
Cada área tendrá sus propios objetivos y plan de acción. Es frecuente distraernos con tareas de alguna de esas esferas que nos consume mayores recursos y no necesariamente nos aporta más. O en tareas rutinarias que ni siquiera nos acercan al objetivo de esa área, al tiempo que nos alejan de todos los demás.
La cuestión de tiempo aquí es, cambiar las acciones que haces en piloto automático, de forma rutinaria e inconsciente, por acciones conscientes y centradas en objetivos.
Tercera: Establece prioridades.
Mucha de la frustración de mis clientes se produce por un enemigo común: el perfeccionismo. Por un lado, es el pretexto perfecto para procastinar y ser víctima del fracaso defensivo. Cuando es el caso, les recuerdo que lo perfecto es enemigo de lo bueno.
Por otra parte, cuando se intenta ser perfectos en todo, es cuestión de tiempo el sufrir una crisis. Establecer expectativas imposibles conduce a unos niveles de estrés dañinos física, mental y emocionalmente. A la larga, nos deja sin energía ni capacidad. Nos vemos incapaces de llevar a cabo las tareas necesarias para alcanzar nuestros objetivos y corremos el riesgo de no hacerlo en ninguna de nuestras esferas.
Evítalo rellenando el siguiente diagrama. Escribe o dibuja tu visión al centro y los objetivos (al menos uno en c/u) que te hayas propuesto conseguir en cada área de tu vida.

Diagrama de Prioridades
Cuando lo tengas, obsérvalo y con to da honestidad escribe: si sólo pudieras conseguir uno de ellos cuál elegirías. Continúa haciendo esa pregunta y escribiendo a continuación tu respuesta hasta que no quede ningún objetivo por ponderar. Esas son tus prioridades. Revisa y haz los ajustes que consideres convenientes.
Equilibrio e Integridad también son cuestión de tiempo.
Para tener equilibrio, la cuestión de tiempo no es repartirlo en partes iguales entre cada área de nuestra vida, sino en congruencia con nuestras prioridades. Debemos ser realistas con lo que hace falta invertir en cada una para tener éxito.
Te sentirás exitoso en la medida en que estés satisfecho en todas tus esferas. Lo logras actuando conforme tus prioridades. Esta congruencia es lo que llamamos integridad. Integridad es integrarlo todo para sentirte completo.
Cuarta: Aprende a diferenciar lo importante de lo urgente.
Vivimos con prisa cuando nos centramos en lo urgente a costa de lo importante. No conseguimos nuestros objetivos, acumulamos frustración e insatisfacción por lo mismo. Creemos que lo urgente es importante y cuando algo no urge puede esperar.
Es necesario cambiar este paradigma si deseas tener éxito. Un Coach puede ayudarte a gestionar mejor tu tiempo. La herramienta que suelo utilizar con mis clientes es la que ahora comparto contigo. Es muy potente porque te ayuda a saber dónde tienes que enfocar tu mayor energía. Esto te ayudará a ahorrar tiempo y recursos.

Gestión del Tiempo
Escribe una lista con todas las tareas que tienes que hacer. Acomódalas conforme al cuadrante anterior, según su importancia (cuánto más te acercan a tus objetivos y mayor prioridad tienen, más importantes son) y urgencia (el plazo que tienes para llevarlas a cabo).
Debes dedicar la mayor parte de tus recursos al cuadrante 2. Eso te permite centrarte en lo que realmente es importante, evitando además que se convierta en urgente. Si algo importante se ha vuelto urgente, resuélvelo cuanto antes. En todas las esferas de tu vida, siempre existirán deberes que no estarán ligados a tus objetivos (por ejemplo: hacer la compra, responder correos o llamadas, trámites burocráticos, limpiar, poner orden, quedar con familiares o amigos, compromisos…) y tienes que cumplir, así como cosas que simplemente te apetece hacer, porque sí. Aprende a decir que “no”, y en la medida de lo posible delega, cuando algo no sea importante.
Establecer prioridades, es prioridad.
El éxito es cuestión de tiempo para establecer prioridades, definir objetivos y centrarte en acciones que te acercan a tu meta.
¿Cómo te sentirías viviendo sin prisa? Si no tuvieras mil pendientes urgentes que resolver todos los días, ¿en qué invertirías más tiempo?
Sigue estos consejos, actualiza las herramientas constantemente y verás que es posible hacer menos y conseguir más. 🙂