En lugar de pensar en salvar la Navidad, deja que la Navidad te salve.
Mañana recibiremos uno de los acontecimientos más esperados del año. Navidad es importante para casi todos, sin importar nuestras creencias o religión. Por costumbre y por tradición, en la mayor parte del mundo, se enciende -junto con luces maravillosas- el deseo de compartir y convivir, dar y recibir.
Aunque confinada, esta será una Navidad muy especial.
En distintas religiones se celebra una fiesta importante. Para los Cristianos se conmemora el milagro del nacimiento de Jesús. Aunque otras religiones no lo reconocen como Dios, las más importantes lo reconocen como profeta y celebran que haya venido a enseñarnos una doctrina de Amor, Caridad y Paz.
Esta Navidad estamos invitados a mirar más dentro que fuera. Si te centras en buscar lo que está sucediendo afuera, te perderás el verdadero milagro.
Celebremos la Luz.
En estas fechas conmemoramos el triunfo de la Luz y el Bien.
Los judíos celebran Hanukka. Es una celebración en honor a la victoria sobre los griegos. Ello les permitió recuperar el templo de Jerusalén y re-dedicarlo a Yavhé. En el interior del templo únicamente encontraron un candelabro llamado menorah. Consideraron que tenían suficiente aceite para encenderlo por una noche. Milagrosamente las llamas se mantuvieron encendidas 8 días y desde entonces se conmemora ese hecho.
Jesús es uno de los 5 profetas pilares del Islam y aunque en el Corán no se establece como obligación, muchos musulmanes se reúnen en sus mezquitas para celebrar su llegada mediante rezos, cánticos o ayuno. Para los budistas es también una fecha importante, pues consideran a Jesucristo como una persona santa que trajo la Paz al mundo. Algo más alejada de estas culturas, encontramos la fiesta india de Diwali. En ella, hindús, sijs y jainistas, celebran el triunfo de la luz sobre la oscuridad, el bien sobre el mal y el conocimiento sobre la ignorancia.
Los sintoístas cuentan con su propia celebración del vencimiento de la luz sobre la oscuridad. Según la leyenda japonesa, Amaterasu, diosa del Sol, se negaba a salir después de que su hermano fuera desterrado. Los dioses lograron sacarla con humor, y cuando ella por curiosidad se asomó en un espejo, quedó fascinada con su imagen. Curada de su pena, salió de su cueva, restableciéndose así el equilibrio.
Este año el Solsticio de Invierno es muy especial.
Júpiter y Saturno alineados elevan los niveles de energía.
La Navidad también coincide con el solsticio de invierno que tiene lugar el 21 de diciembre. Se trata de la noche más larga del año. Esta oscuridad tan larga, ha sido concebida desde tiempos remotos como una especie de renacimiento del Sol, para tomar fuerza y vencer a las tinieblas conforme se van alargando los días hasta el solsticio de verano.
Este año además marcó el inicio de una era especial. La alineación de Júpiter y Saturno es un fenómeno que ocurre cada 800 años. Con esta gran conjunción, el nivel energético de nuestro planeta se elevó. Es el momento ideal para que tú dejes abajo, en el nivel anterior, todo lo que trae una energía negativa a tu vida.
Además de este evento, una llamarada solar ocasionará un estallido de energía. El Sol dirigirá mayor luz a la Tierra, Esta explosión impulsará tu cuerpo para iluminarte por dentro y fuera, ayudándote a superar obstáculos para continuar con tu desarrollo de forma más contundente y positiva.
Cierra tus hoyos negros emocionales y deja que la Navidad te salve.
¿Qué son los hoyos negros emocionales? Son los sueños que no perseguiste y ya es tarde para convertir en realidad. Las oportunidades que no supiste aprovechar. Proyectos dejados a la mitad. Promesas incumplidas y compromisos que no fuiste capaz de mantener. Personas, situaciones, objetos y recuerdos a los que te aferras y no te atreves a dejar ir, sabiendo que ya no forman parte de tu vida ni encajan en tu futuro.
Son también perdones que no has aceptado y disculpas pendientes de ofrecer. Rencores acumulados. Miedos. Todo tipo de deudas y asuntos sin resolver.
Deja que la Navidad te salve cancelando todos tus pendientes.
Quizá ahora mismo no cuentas con los recursos necesarios para saldar cuentas, económicas o emocionales. Concluir proyectos y lograr objetivos. Devolver préstamos y cerrar ciclos son proyectos que requieren tiempo. Comienza por hacer una lista de todos tus hoyos negros emocionales.
Esta Navidad date el regalo de cerrar ciclos.
En una columna anota todos tus pendientes. Piensa en cualquier cosa que, en los últimos años, hayas dicho que ibas a hacer y no has hecho. Todo lo que alguna vez deseaste conseguir y probablemente ni siquiera intentaste. Las ofensas o problemas que causaste. Las veces que lanzaste maldiciones o mediante críticas y chismes causaste mal a otros. Las envidias, celos y rencores.
Haz la lista lo más exhaustiva posible. No te asustes si caes en cuenta que son muchas cosas. Traerlas a la luz, es el primer paso para que el agujero negro pierda fuerza.
En otra columna, escribe qué puedes hacer para zanjarlos, cumplir, pagar, sostener una conversación para llegar a un acuerdo, dejar ir porque honestamente no queda nada más por hacer. Fija un plazo para llevarlo a cabo. Cúmplelo.
Es importante porque, de otro modo, todo aquello que te puede parecer agua pasada, de poca importancia o que en el fondo crees (sin fundamento) que todavía puede suceder, te está robando energía.
Visualiza la energía dentro de tu cuerpo y ve extendiéndola fuera de ti hasta mirar cómo un campo de luz te rodea. Imagínate que, por cada cosa que te has dicho a ti o a otros que vas a lograr, por cada mentira o falta de acción se ha abierto en ese campo un hoyito por el que se escapan tu fuerza, energía, confianza, seguridad en ti, alegría, esperanza, ilusión por vivir. Aunque continúes avanzando, ese agujero se irá haciendo más grande robándote recursos que podrías destinar a construir un bien mayor para ti.
Deja que la Navidad te salve para que cumplas tus sueños futuros.
Después del año que hemos tenido, llegamos a aquello que nunca pensamos que podría ocurrir: estamos en Navidad y seguimos sin poder abrazarnos. Estas Fiestas serán muy diferentes para la mayoría. Probablemente hayan en tu mesa menos personas de las que te gustaría. Echaremos en falta a todos los que ya no están con nosotros y, de manera especial, a los que no lo están como consecuencia del covid-19.
Probablemente tu mesa se vea diferente esta Navidad, lo importante este año es que sepas abrirte para recibir lo que viene.
Salvo que huyamos de nosotros mismos, esto nos enfrentará con nuestra realidad. Para algunos puede ser un shock. Si es tu caso, recuerda que está bien sentir lo que sientas. Date permiso para ello. Piensa en 2020 como el año del fuego purificador. Aprovecha lo que comentamos al principio, y cualesquiera que sean tus creencias, toma estos días como una oportunidad de permitir que se quede en 2020 todo lo que no deseas para 2021.
Quizá no seas hoy la persona que soñabas ser en tu adolescencia o infancia. Igual hay sueños o relaciones que no se dieron… ni se van a dar.
Ello no quita para que puedas convertirte en la persona que deseas ser hoy. Para que sueñes nuevos sueños y comiences otras relaciones que enriquezcan tu vida. Seguramente de manera más rotunda de lo que podrías vislumbrar hace años. Hoy tienes experiencia y recuerda que acabas de entrar en un nivel superior. Haz lo que tengas que hacer para estar a la altura de tus más grandes ideales. Aunque te quedes corto habrás crecido y valdrá la pena.
Deja que la Navidad te salve, renaciendo en la era que empieza.
El verdadero sentido de la Navidad es ese.
Te invito a que, en vez de lamentarte porque no se pudo salvar la Navidad y los confinamientos y otras medidas de restricción al rededor del globo se están reforzando, cambies el chip. Tal vez no sea posible hacer una gran fiesta con tus seres queridos ni gastar de más en regalos. (Acumulando mayores deudas, conviviendo con familiares y/o amigos a quienes les guardas rencor, les complicas la vida o les has hecho daño sin repararlo.)
Tal vez, esto pase para que dejes que la Navidad te salve a ti, limando asperezas mediante el regalo más grande de todos: el perdón.
Y para que dejes que obren en ti los milagros que surgen siempre después de ofrecerlo o recibirlo: llenar tu corazón de amor, calor, gratitud, alegría y esperanza.
Abre tu corazón y deja que Navidad te salve.
Con tu vida re-llena de estos sentimientos, recuperarás la motivación para emprender grandes cosas el año que está por comenzar. Podrás re-dedicar tu energía a construir la vida que hoy te des chance a soñar y hacerla tan bella como quieras.
Te deseo que pases una MUY feliz Navidad, sabiendo que, cuando abres tu corazón, nunca estás solo.
