
Cuando tu decisión afecta a otros, puede ser más difícil tomarla.
Tras mi artículo anterior: La Decisión Que No Estás Tomando (leer), varios se pusieron en contacto conmigo. Primero, quiero agradecerles que lo hicieran. Casi todos me preguntaron lo mismo: Mariana, ¿qué pasa cuando mi decisión involucra o afecta a terceros? En este nuevo artículo intentaré dar respuesta a su inquietud.
¿Cómo decidir cuando tu decisión afecta a otros?
Es fundamental entender que, uno sólo puede hacerse responsable de la parte que le toca. No vale evadir la responsabilidad de tomar una decisión importante respecto a tu vida, bajo el pretexto de que afectará a otros. Tú sabes qué es lo que tienes que hacer, y si es lo mejor, debes hacerlo. Si es por tu bien, confía que a la larga lo será también por el bien de quienes te preocupan.
Cuando reflexionamos sobre una decisión, debemos tener en cuenta quiénes se verán implicados y asumir las consecuencias de nuestra elección.
El ejercicio es el mismo que en el artículo anterior. Siempre debes tener presente a todas las personas a las cuales influyen directa o indirectamente tus actos. Esto es lo a lo que nos referimos en Coaching cuando hablamos de que los objetivos deben ser SMART+ Aún así, como surgieron dudas, veremos cómo podemos integrar de forma más específica a otras personas en nuestra toma de decisiones.
Primer Paso: No hacer juicios sobre otras personas.
Lo primero que necesitas, es recabar toda la información relevante para tomar una decisión inteligente. Recuerda: se trata de anotar los hechos. Elimina cualquier opinión o punto de vista subjetivo sobre las circunstancias. Cuando tu decisión afecta a otros, es particularmente importante abstenerte de hacer juicios.
Céntrate en el presente y en lo que sabes a ciencia cierta que va a ocurrir como consecuencia de tu decisión. Lo que otros van a pensar, sentir o cómo van a reaccionar es algo sobre lo que no tienes control y mientras no ocurra no son hechos sino suposiciones. Ya habrá momento para imaginar escenarios. Ahora limítate a la realidad.

Céntrate en la realidad
Esta es la parte más difícil y es crucial hacerla bien. Sin los hechos correctos es imposible acertar en una decisión.
Aquí es donde un Coach (yo 🙂 ) o persona objetiva puede ayudar. Contar con un observador imparcial te permite, además de tener mayor objetividad, valorar la situación desde distintas perspectivas.
Necesitas tener en cuenta:
- Quiénes se verán implicados
- Su situación actual
- Cómo les afecta el que no tomes ninguna decisión
- Cualquier elemento objetivo que sepas que se dará si actúas conforme te gustaría
No dejes de hacerlo por ellos.
Creemos a menudo que, no alterar el status quo de las personas cercanas es lo mejor que podemos hacer por ellas. Se nos olvida que en una relación -de cualquier tipo- si no estamos bien, el otro tampoco. Por más que intentemos fingir que todo está bien, si algo va mal, hace falta aceptarlo. Y solucionarlo del mejor modo posible.
Cada vez que actúas, o dejas de actuar, afectas a otras personas. Algunas veces está claro a quiénes y cómo, aunque no siempre es el caso. De esto último no debes preocuparte, puesto que no está dentro de aquello que depende de ti. A los primeros, debes tenerlos en consideración, pero la decisión es tuya y tienes que tomarla siempre por ti.
Esto no es egoísmo. Es amor propio. Por eso, no vale huir de lo que necesitas para ser feliz cubriéndote con el manto del mártir que sacrifica su felicidad por amor a otros. Nadie puede dar lo que no tiene. Para ofrecer amor y felicidad, necesitas tener amor y felicidad.

Necesitas amor y felicidad propios para dar
Cuando amas a otros quieres hacerlos felices y eso supone, a veces, poner sus intereses por delante de los tuyos. En ese caso debes tener claro que sus intereses son el bien mayor, que lo que sacrificas no va en contra de tu esencia, amor o felicidad propios. Asume que la decisión la estás tomando por ti, porque has decidido que SU felicidad es también la tuya.
De otro modo estás haciéndolos responsables a ellos de tu felicidad y si no eres feliz (cosa improbable si dejas tu vida en manos de otros) ellos se sentirán culpables. Todos pierden.
Segundo Paso: Identificar Emociones.
El siguiente paso, una vez que tienes el listado de hechos, es identificar las emociones que despiertan éstos. Medita sobre cada uno y observa mientras reflexionas las sensaciones que despierta en tu cuerpo el pensar en ello. Escríbelas todas. Pueden ser sentimientos, también efectos corporales (aceleración del ritmo cardiaco, bajada de tensión, respiración cortada, sensación de asfixia, dolor de garganta o estómago, hormigueos, paz, sonrisa interior, calor o frío…) o impresiones visuales o auditivas. Haz conciencia de todo lo que pasa en tu cuerpo y por tu mente.
¿Qué emociones despierta en ti la situación actual? ¿Cómo te hace sentir la idea de disfrutar lo que ganarás si actúas a favor de lo que te dará mayor bienestar? ¿Cómo te hace sentir la inacción? ¿Qué sientes al pensar en renunciar a lo que quieres, por ellos? ¿Qué crees que pasará con ellos si no actúas por tu propio bien? ¿Y si lo haces?

Registra las emociones en tu cuerpo
Llegó el momento de pensar cómo se sentirán los demás. Mi consejo es que hables con ellos. Si son personas cercanas, no supongas, indaga. Explícales la situación (los hechos) y tu punto de vista sobre la misma. Háblales sobre lo que te preocupa. Diles que necesitas tomar una decisión importante que les afectará. Asegúrate de hacerles entender por qué es tan importante para ti y pídeles su apoyo. Si en verdad te quieren, te aseguro que desean tu felicidad.
Si realmente no es posible hablar con ellos, intenta responder tú mismo a esas cuestiones. Aquí también conviene contrastar tus suposiciones con alguien más. Un Coach puede ayudarte a entender y procesar la información que te dan tus emociones. A identificar y evaluar tus opciones teniendo en cuenta el impacto de cada una sobre otros. Puede prepararte con diversas técnicas (yo suelo aplicar el role play) para tener conversaciones difíciles y darte apoyo tanto práctico como moral.
¿A quién tienes que decepcionar para conseguir lo que quieres?
ESA es la pregunta más importante que has de responder. ESE es el precio de tu felicidad. Cuando se trata de cuestiones vitales, he aprendido que es imposible tomar una decisión que haga felices a todos los que se verán implicados. De modo que tienes que saber a quién estás dispuesto a decepcionar para ser feliz. Si intentas no desilusionar a nadie, terminarás haciendo mucho más daño.
Tercer Paso: El Peor Escenario.
¿Qué es lo peor que les puede pasar si los decepcionas? Tus miedos y tu angustia son buenos aliados. No sólo te advierten de posibles peligros para que seas prudente en tus decisiones, también te ayudan a percatarte del posible daño que puedes causar a otros para prevenirlo o atenuarlo. Escúchalos.
Escribe una historia corta en la cual tú no tomaste ninguna decisión y dejaste que otros, o el destino lo hiciera por ti. No se trata de escribir una obra literaria, nadie más que tú lo tiene que ver, así que no te preocupes por la forma. Elabora sobre qué pasó contigo y con los demás, cómo se desenvolvieron sus vidas y cuál fue el desenlace que produjo tu falta de decisión.

¿Qué es lo peor que puede pasar?
Escribe otra pequeña historia, a modo de tragedia. Empéñate en imaginar que sucedió lo peor que crees que puede pasar si haces lo que realmente quieres hacer. Narra lo infortunadas que fueron las vidas de todos por tu culpa y cómo terminaste tú.
Después lee ambas. Date cuenta de lo absurdas que son la mayoría de tus preocupaciones. Si te sientes cómodo, muéstraselas a alguien de confianza para que la vergüenza pierda fuerza. Seguramente también realices que incluso en el peor escenario posible, hay solución.
Cuarto paso: Ser Optimista.
Escribe otro relato en el cual describas lo que sucedió cuando decidiste por el bien de ellos. Imagínate que pasó con ellos gracias a que tú tuviste la generosidad de poner sus intereses por delante de los tuyos. ¿Qué ocurrió contigo? ¿Con tus sueños? ¿Tu felicidad? ¿Te sientes orgulloso y feliz de haber actuado de esa manera? ¿Cómo está tu autoestima? ¿Cómo crees que eso les afecta a ellos? ¿Crees que fue la forma correcta de actuar?

¿Qué pasaría si todo sale bien?
El cuarto y último escenario a desarrollar es aquel donde realmente tomaste el control de tu vida, haciéndote responsable de darte lo que necesitas para ser feliz. Le pese a quien le pese. Escribe desde tu yo más positivo. Si te cuesta trabajo en estos momentos ser muy optimista, pídele a alguien que lo sea, ayuda. Otro recurso es pensar en la persona más positiva que se te ocurra e imaginar que es él o ella quien está escribiendo y no tú.
Visualiza que ya tomaste la decisión y elegiste hacer lo que te hace feliz. Imagínate que todo lo bueno que podía pasar fue superado por la realidad. Todo es mejor de lo que esperabas. En esta visión todas las personas a tu alrededor son afortunadas porque gracias a tu elección su vida dio un giro 180º para bien.
¿Qué sientes al leer acerca de esta realidad? ¿Es posible que esto o algo parecido ocurra?
Quinto Paso: Abrir Opciones.
Usa tu creatividad para encontrar cuando menos 10 opciones. No te limites por sus probabilidades de éxito. El ejercicio consiste simplemente en hallar nuevas posibilidades. Da igual que en esta fase te parezcan locas o imposibles.
Cuando hayas escrito todas las opciones que se te ocurran analiza cada una. Descarta las que sean muy complicadas de ejecutar o poco probables de llegar a buen puerto. Quédate con las 3 o 4 que te gusten más. Sobre cada una trabaja identificando qué recursos requieren, qué consecuencias pueden provocar, cuál es el coste de elegir esa y no otra, cómo reflejan tus valores y prioridades, cómo te sentirías actuando de ese modo. Incluye cualquier cuestión que te parezca relevante.
Sexto Paso: Conclusiones.
Evalúa la información de los 5 pasos anteriores. Saca tus conclusiones. Antes de tomar una decisión es importante consultar también tu parte inconsciente. El artículo anterior explica cómo, al tratarse de decisiones que pueden cambiar en gran medida nuestra vida, un simple análisis de coste/beneficio es insuficiente para acertar en la decisión. Es necesario incluir tu parte inconsciente, pues dentro de ti hay una sabiduría que tiene claro el camino que debes seguir.
Para acceder a ella, en cuanto termines con los ejercicios anteriores, realiza una actividad lúdica que te permita aparcar tu mente. Olvídate de este tema por un par de horas mientras haces deporte o llevas a cabo alguna expresión artística. Lo importante es que sea algo físico y que requiera concentración. También hacerlo inmediatamente después ayuda al cerebro a entender que es parte del proceso.
En cuanto acabes, repasa tus opciones. Si quieres agregar algo hazlo ahora.

Confía en tu sabiduría interior
Acto seguido: elige la opción que prefieras sin volver a analizarlas. Confía en que eres capaz de decidir lo mejor y acabas de hacerlo. Demuestra tu confianza dando el primer paso que tengas que dar para materializar tu decisión.
Confía también que dentro de ti existen muchos más recursos de los que hasta ahora eres consciente de poseer. No necesitas saber ahora mismo cuáles son, sencillamente debes decidir también confiar que, llegado el momento podrás acceder a ellos para solucionar cualquier problema y sortear todo obstáculo que se presente en tu camino.
Te aseguro que los tienes.