ArticuloInteligencia EmocionalNoticias

4 Cosas Vitales Que Aprender Esta Cuarentena

By 10 abril, 2020 2 Comments

4 Cosas Vitales Que Aprender Esta Cuarentena

A estas alturas del 2020 queda claro que el tema de la pandemia por el Covid-19 es muy serio.  El impacto que tendrá en nuestras vidas irá mucho más allá del tiempo que dure la cuarentena. Existe  sobrecarga de información y una oferta descomunal de actividades para hacer en casa. Teletrabajo y homeschooling. Clases de cualquier materia. Actividades deportivas y culturales. Incesantes videollamadas (he visto más a muchos amigos estos días, aunque sea por pantalla, de lo que les veo en un año normal. ¡Gracias Houseparty!). Mensajes de whats app, noticias, memes…

 

El país está casi parado. El mundo está casi parado. Nosotros proclamamos orgullosos que: #YoMeQuedoEnCasa para creernos menos impotentes y sentir que contribuimos en algo.  Muchos se quejan del aislamiento (aunque siguen saliendo y encontrándose con gente) con todo y que muy pocos están realmente aislados. Si vives con alguien, si aún sales a la calle aunque sea a hacer la compra, si tienes internet: no estás aislado. 

 

La verdadera desconexión es emocional no física. Todos tenemos alguien a quién quisiéramos abrazar -y alguien que nos quiere abrazar-, ahora. Eso es lo contrario a estar solos.

 

En vez de auto-compadecernos o desperdiciar el tiempo preocupados por cosas que no podemos controlar ni influir, o en entretenimientos que nos hagan olvidar lo que está ocurriendo y matar el tiempo hasta que todo pase, ocupémonos en aprender. La cuarentena acabará, lo que aprendas en este tiempo se quedará contigo.

 

Aquí te dejo 4 cosas vitales que aprender en esta pandemia:

 

1. No Juzgar

 

Escucho y leo a muchos diciendo que esta época va a servir de enseñanza para unirnos todos y construir un mundo mejor. Lo dudo. Quiero creer que este coronavirus servirá para que muchas personas aprendan cosas importantes como éstas, que efectivamente pueden llevarles a construir un mundo mejor. Al menos para ellas. No soy tan optimista. Veo demasiada gente pendiente de lo que otros hacen o dejan de hacer, para criticarlos.

 

La información que se nos da está incompleta. A veces es contradictoria. Por no hablar de la abiertamente  manipulada. Lo cierto es que, es muy pronto para saber cuáles son realmente los hechos. Por tanto, lo único prudente es esperar antes de emitir un juicio.

 

Los juicios hablan siempre de quien los emite.

 

Tu opinión dice mucho de ti: el que lo dice lo es.

 

Es muy peligroso transformar tus opiniones en hechos y actuar como si lo fueran.

 

Un juicio sólo es productivo -en el sentido que abre opciones-, si:

a) se fundamenta en datos objetivos;

b) eres consciente del proceso de razonamiento que te llevó a él;

c) es amable, verdadero, busca un bien mayor y está abierto a ser modificado si recibes nueva información.

 

2. Respeto

 

En una sociedad hay normas que todos debemos respetar para hacer posible la convivencia. Más allá del deber de respetar leyes y costumbres, ligado a nuestra esencia como personas – y por esa naturaleza – libres, debemos ejercer nuestro derecho de autodeterminación.

 

Esto no significa hacer todo lo que nos dé la gana. Dañarnos o dañar a otros en su persona, bienes o reputación es lo contrario a respetar. Tiene más que ver con reconocer tu capacidad para identificar tus intereses y necesidades. Para elegir libremente los valores y creencias en los que basas tu comportamiento. Ejercitarlo requiere establecer límites y asumir tu autoridad para hacerlos respetar. También reconocer esa misma capacidad en los demás.

Respetar no implica dar la razón al otro, pero sí reconocer que tiene derecho a su propia opinión.

Cuando no se basan en el respeto mutuo nuestras relaciones se convierten en luchas de poder.

 

Evidentemente como tus reglas y las de otros no serán siempre coincidentes, habrán diferencias que se traduzcan en conflictos. Hay que dar espacio permitiendo que surjan y gestionarlos buscando el bien mayor.

 

La verdad es que desconocemos las circunstancias personales de cada uno. Siempre y cuando no pongan en riesgo a otras personas, debemos permitir que decidan qué piensan y cómo viven esta pandemia. Será un buen ejercicio para vivir en una sociedad más abierta y conectada en el futuro.

 

3. Caridad

 

Este término desgraciadamente ha caído en desuso. Se sustituye habitualmente por solidaridad, generosidad o empatía, por ser éstos políticamente correctos. Dejando las creencias de cada uno a un lado (recuerda: no juzgar y respetar), he querido emplearlo porque no son sinónimos. La caridad incluye los otros 3 y los trasciende. Ser caritativo se concreta necesariamente en acciones. 

 

Nadie es tan pobre que no pueda dar, ni tan rico que no pueda recibir.

 

Solidaridad y generosidad tienen que ver con ayudar a otros. La solidaridad se refiere al sentimiento de unidad basado en intereses comunes. Con lo cual, yo puedo sentirme solidario sin pasar a la acción o ser solidario sólo cuando los intereses del otro se alinean con los míos. Generosidad es dar: bienes materiales, tiempo, ayuda, reconocimiento o afecto, sin esperar nada a cambio. Se puede ser generoso dando lo que de alguna manera te sobra o te hace obtener beneficios. Empatía es la cualidad de saber ponerse en el lugar del otro. No para pensar qué harías tú en su lugar, si no para entender por qué lo que ocurre es importante para esa persona. Conectar con sus sentimientos desde los tuyos. No se trata tanto de que tú entiendas qué le pasa, como de ayudarle a entenderse mejor en un entorno libre de juicios. Una cualidad afectiva, sin duda deseable.

 

Ser caritativo implica aprender a amar con acciones concretas que buscan sobre todas las cosas el bien del otro. 

 

Solidaridad y empatía son más afectivas que efectivas y la generosidad no exige involucrarse afectivamente, mientras que la caridad es tanto afectiva como efectiva. Es un sentimiento por el que una persona se conmueve ante la situación de otro y esto le provoca ayudarle pasando directamente a la acción. Caridad es dar aquello que tú necesitas a otro porque lo necesita más. Por tanto, no te contentes con dar aquello que te sobra, busca ir más allá y encontrar maneras de dar otros algo que preferirías conservar para ti.

 

4. Ser feliz con lo que tienes

 

Ya sé, ya sé, suena a cliché, pero quédate conmigo un rato más y verás de qué va realmente. Lo habrás escuchado mil veces: quién no sabe ser feliz con poco tampoco será feliz con mucho. ¡Cuánta razón tiene! Y no quiero que se me malinterprete. Evidentemente hay un mínimo que necesitamos tener para estar realmente bien. Cuando nuestra supervivencia está en juego es difícil sentirse alegre o agradecido. Humanamente casi imposible. Por lo mismo tampoco es algo que se pueda o deba exigir. A nadie. Ni a nosotros mismos.

 

Tampoco quiere decir que neguemos la gravedad de una situación o nos empeñemos en buscar ver únicamente lo positivo. Evita caer en la trampa de confundir el mal necesario con el bien. Necesitamos ver la realidad como es. Y aceptarla. Incluidos los sentimientos que nos gustan y los que nos asustan. Tienes en tus manos una oportunidad para aprender a sostener tanto lo bueno como lo malo.  Aprendiendo a diferenciar lo que está en tus manos de lo que no.

 

Descubre nuevas forma de ser feliz con poco.

 

Por supuesto, debemos ser conscientes de que lo que estamos viviendo es una tragedia mundial. Hay que ser empáticos -como hemos dicho-, e intentar conectar con el dolor de quienes están enfermos, han perdido un ser querido o enfrentan duros perjuicios económicos o de cualquier tipo. Ello no impide que tú puedas ser feliz. Así que olvídate de pensar que no mereces serlo porque otros en este momento no lo son.

 

Creer que no tienes derecho a ser feliz porque otros sufren, equivale a pensar que cuando tú no eres feliz nadie más debe serlo tampoco. ¡Menuda faena! Resulta bastante mezquino y no ayuda a nadie, ¿no te parece?

 

Tú, como todos, tendrás días buenos y otros no tanto. Rachas en lo que todo fluye y te va de cine y otras en las que parece que el Universo conspira en tu contra y se te junta todo. Tú, cómo todos, debes aprender a soltar lo que no puedes controlar y decidir ser quien elige su actitud. Recuerda que los sentimientos no se pueden escoger, el estado de ánimo en cambio sí. Hay que aprender a gestionar nuestras emociones (leer).

 

Los pensamientos -normalmente- tampoco los escogemos. Aunque tendemos a creer que sí: nuestra mente nos controla y la muy lista nos hace creer que somos nosotros quienes mandamos. Retomar el control de la mente requiere práctica y humildad para reconocer que en realidad no sabemos pensar bien. Ahora tienes oportunidad de hacerlo tomando consciencia de cuáles son tus pensamientos y observándolos con sana distancia (¡no me aguanté! 🙂 ). Sin detenerte en ellos ni evaluarlos. Sencillamente mira de dónde surgen y si te sirven o te hacen sentir mal.  

 

Aprender a pensar y a relacionarte con tus emociones para gestionarlas te ayudará a conservar por más tiempo un estado de ánimo positivo.

 

Esta cuarentena aprenderás una nueva forma de ser feliz: de dentro hacia afuera.

 

Pasamos en los últimos años de una cultura de consumo de bienes a otra de consumo de experiencias. Algunos creen que no son materialistas porque ya superaron la obsesión con el shopping. Visten discretos, no llevan cochazo y tratan de mantener un perfil bajo. Regala a tus hijos experiencias (y un iphone último modelo para que las graben).

 

Invierte en ti. Dicen. Y la gente lo traduce en fortunas en cirugías; entrenamientos para verse bien; cursos que den estatus o prometan alcanzar objetivos rápido y sin esfuerzo. 

 

Los viajes son el nuevo shopping. Las marcas son muy siglo pasado. Ahora lo importante es viajar. Cuanto más y más lejos mejor. No importa que sea rápido y sin esfuerzo. Sin mezclarse realmente con la gente del lugar -salvo que esté debidamente organizado dentro de la experiencia-, conectando y creando el tipo de aprendizaje verdaderamente imposible de tener sin salir de tu país. Lo cual requiere, además de dinero, tiempo y esfuerzo, dejar atrás el confort, olvidarte de tu mundo y tus planes para perderte en otros mundos. Eso no se plantea. No hay tiempo. Qué flojeraqué miedo. El punto es ir. Otra palomita en el bucket list. Otra foto para Instagram. (O no, porque también está la superioridad moral de quienes no suben nada para no causar envidias o para que otros no los tachen de presumidos. Ellos no son así.) 

 

Aprende a ser feliz de dentro hacia fuera.

 

Ojo: amo viajar. Es una de las cosas que más me gustan desde que tengo memoria. Tengo alma de nómada. Sin embargo, si queremos un futuro -ya no sé si mejor, por lo pronto me conformo con un futuro medianamente bueno para mis tataranietos-, debemos aprender del Covid-19: nuestros viajes se están cargando el planeta.

 

Así como vamos comprendiendo la importancia de un consumo más sostenible, lo que se traduce en buscar productos locales, nuestra forma de viajar deberá ser en adelante también más sostenible.

 

En su libro Spillover, David Quamen explica muy bien cómo el daño que estamos causando al ecosistema trae como consecuencia pandemias como la que estamos viviendo. Los virus que normalmente existen únicamente en animales, al estar éstos extinguiéndose necesitan encontrar nuevos huéspedes para sobrevivir. Los humanos somos muchos, y estamos en todos lados. Incluso en sitios donde no pintamos nada, que se vuelven cada vez más codiciados para tener experiencias inolvidables. Así que somos huéspedes muy atractivos, no sólo para empresas de ecoturismo. Nosotros también estamos transmitiendo enfermedades propias de humanos a los animales para las cuales ellos tampoco tienen anticuerpos.

 

Te invito a aprovechar esta cuarentena, para aprender a viajar hacia dentro. Descubre los paisajes de tu mente, los océanos de tu cuerpo, las maravillas de tu corazón. Invita a otros. Pídeles visitar los suyos. Explora formas más creativas de divertirte con tus seres queridos. Aprende a ser mejor persona. Aquí tienes 4 cosas que puedes practicar, compartir y, cuando lo logres, enseñar. Te sentirás feliz.

Join the discussion 2 Comments

Leave a Reply

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.